En verdad lamento ser tan difícil. Esa es la única palabra que encuentro para definirme. Difícil en cuanto a mi forma de ser, mi manera de pensar, soy difícil de tratar, de querer, de soportar, créeme, sé que lo soy
Después de irme a dejar al médico mi mamá fue a dejar a mi hermano a la escuela.
Entró al centro de la salud y alguien que conocía muy bien, está sentada en el escritorio de la recepción.
-¡Hola Maggie! - Me acercó y le doy un beso en la mejilla. Maggie es como nuestra amiga y enfermera personal. Recuerdo que cuando mi mamá tuvo a mi hermano no la salía leche del pecho, entonces llamamos a Maggie y al poco tiempo llegó. Todo lo que tuvieron que hacer para que a mi mamá le saliera leche fue horrible y muy cansado pero desde ese momento supimos, o supe, que siempre que la necesitáramos podíamos llamarla.
-Hola, como has estado? Como está tu mamá?- Pregunta con una sonrisa muy linda y amable.
Igual de loca que siempre.
-Bien Maggie, gracias. Y tu hija?- Tenía una hija a la que yo ni conocía pero de todas formas siempre preguntaba por ella.
-Muy bien, ahorita está en la escuela- Dice con una sonrisa, ella siempre es tan cariñosa y amable. Me agrada -Y? Qué ocurre?
-Aún me duele un poco la garganta- Después de eso me pide mis papeles para buscar mi expediente y le pide a una chica como de unos 20 años, con su cabello castaño obscuro amarrado en una coleta, vestida de enfermera y un poco más baja que yo que me tome mis signos.
Cuando termina la consulta mi madre va entrando al centro de salud y saluda a Maggie mientras yo espero los medicamentos.
Un rato más tarde...
Bajo las escaleras para llegar a los salones de la escuela y para mi fortuna están en el primer recreo pero... ¡Rayos! Perdí la clase de historia, aunque la verdad no se por qué me preocupo. Quiero decir, soy la favorita del profesor, sin mencionar que soy la mejor de la clase y que llevo un promedio excelente. Entonces ¿por qué me preocupo?. Creo que ni yo lo sé pero bueno.
Voy a la parte en la que están los horarios y reviso que me toca... Español. Me dirijo al salón de Español, dejo mis cosas y salgo a reunirme con mis amigos.
-¡Milagro! Miren quien llegó- Dice el salvaje de Mario
-Tarde... Otra vez- Dice Peter con una sonrisa maliciosa -¿Por qué será que has estado llegando tarde estas dos semanas? ¿Qué cosas haces en las tardes?
-Ja ja- Digo sarcásticamente -Lo mismo que tu hacías con Carolina- Expreso con una sonrisa triunfante.
Carolina es una chica con la que todos creemos que Peter haría bonita pareja y hace unos días mientra lo molestábamos diciéndole cosas como "¿cuando te le vas a declarar?","¿Pa'cuando la boda?","Yo quiero ser el padrino de anillos" y cosas así Peter grito "¡No voy a regresar con Carolina!", entonces todos nos miramos y nos quedamos un poco sorprendidos así que el nos miro y dijo "Quiero decir, yo nunca... pu-pues... ya saben, regresaría.. digo.. andaría... co-co-con ella". Y entonces ahora es mi arma contra el.
-Lo siento Peter. Te la aplicaron- Dice Jorge riéndose.
No se que haría sin todos estos bobos. Son de 7 a 10 chicos en el grupo de amigos y yo soy la única chica. Se podría decir que soy la líder de la manada, o más bien, la dueña del circo. Sí yo les dijera que necesito algo o que alguien me molesta no dudarían en primero preguntarse "¿Quien consigue el costal y el cloroformo?" y después aniquilar a esa persona... Bueno, quizá no tanto pero sí le darían una paliza.
Entre nosotros hay algo así como un cariño apache: "Entre nosotros nos podemos molestar todo lo que sea pero nadie más puede molestar a alguien de nosotros". Si alguien tiene un enemigo letal se convierte en nuestro enemigo, si es un problema también es nuestro problema, una preocupación se convierte en nuestra preocupación y si necesita ayuda se transforma en nuestra prioridad.
Es simple, nuestra ley es la de la AMISTAD y nuestro enemigo la DESLEALTAD.
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