Gaia

Legado terrestre

Allí fuera, en el espacio, hay un universo de especímenes. No te puedes imaginar la cantidad de seres vivos que me he encontrado a lo largo de mi estancia aquí. Pero de los miles de seres distintos que conozco solo una especie me parece perfecta, o casi. Habita en una galaxia preciosa. La misma que en un futuro contendrá el proyecto Gaia. ¿Te suena ese nombre? Gaia. Si eres humano es obvio. Sé cosas sobre vosotros que me encantan. Vuestra mente es una de ellas.

La mente humana, una mente increíble. Yo, y mis semejantes somos capaces de modificarlo, provocar reacciones y pensamientos. Eso sí, sin tener interacción con vosotros. Pero eso no es lo que más me gusta. Lo que más me gusta es jugar con ella, interactuando con la víctima. Es algo que me fascina. No todas las razas que conozco tienen una mente tan vulnerable, pero esas son más primitivas.

Me fascina como los medios de comunicación que vosotros mismos creáis os provocan reacciones, sentimientos y pensamientos sin vosotros daros cuenta. Creo que a esa práctica la llamáis manipulación. Un nombre prefecto. Para mí, eso solo es jugar.

No soy un dios ni nada por el estilo. Solo soy uno más de este universo. Si no lo sabes, para él todos somos iguales. Al universo le da exactamente igual que yo sea un ser de pura energía o un ser de materia como vosotros.

La complejidad de vuestra mente me asombra, y por eso, hace unos años mis colegas y yo nos unimos a vuestra fiesta. Nos convertimos en humanos, sin perder nuestras propiedades energéticas.

Joder... Ahora me siento mal por todo lo que he dicho o escrito. Humanos, no os enfadéis, no lo digo a malas, en verdad vuestra especie me enamora. Y sobre el proyecto Gaia no os preocupéis. No os afectará en nada. De hecho, para cuando alguien de vuestra especie lea esto el proyecto ya estará en marcha. Y ni os habréis enterado.

Humana, te dedico esto. No quiero decir tu nombre porque sé que amas la privacidad. Pero como serás la primera de tu especie en leer esto sabrás que me refiero a ti.

Así confieso lo que siempre sospechaste de mí, aunque nunca te importó. Sí, no soy humano y nunca lo seré, pero tú me hiciste sentir uno de verdad. Recuerda que Ethan te quiere mucho.