N/A: Historia basada dentro del Universo de los escritos "YOU MAKE ME FEEL" y "ALGÚN DÍA"; KARD son agentes encubiertos como una banda de KPOP.
ADVERTENCIA: Si las parejas utilizadas en este trabajo no son de tu agrado, pero igual decides leer, sólo pido el respeto hacia el mismo y mis gustos.
Aclarado lo anterior... ¡Disfruten la lectura!
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LA MEJOR PARTE
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Con cuidado, quitó la seguridad de la puerta central de su casa. Era pasada medianoche, y no quería armar un alboroto, a pesar de no tener vecinos cercas. El turno en la base de la DSP se había extendido de más con una misión de último minuto, los políticos anti KARD lo siguen sacando de quicio, pero él únicamente tiene la obligación de proseguir con su trabajo, a pesar de querer borrarles la sonrisa descarada a esos desgraciados de traje barato, con un solo puñetazo.
Suspiró, desechando por milésima vez aquella "violenta" idea.
Con cuidado, giró la perilla de la puerta que le daba acceso a la casa.
Todos los agentes de la DSP contaban con vigilancia y protección especial asignados por la misma agencia. Personalmente le agradaba la idea de no tener guardaespaldas como tal rondando su hogar, a él y a su esposa siempre les había gustado la idea de tener una vida normal fuera de las misiones, las balas y los mafiosos.
Hablando de ella...
Ya hace horas que añora con poder verla.
Y estaba a unos pasos de lograr su cometido.
Después de descalzarse y dejar su abrigo en el perchero de la entrada. Avanzó por la enorme sala, percatándose de algo o más bien alguien, logrando sacarle una sonrisa burlona.
― No cambias Yusuke... ― Murmuró al ver a su hijo adoptivo durmiendo en el sofá en una posición para nada cómoda.
Se acercó y apagó el televisor, una maña que había traído consigo desde que había empezado a vivir con ellos hace ya varios años atrás. De hecho le recordaba un poco a él mismo.
Le acomodó mejor las extremidades para que quedara en una posición más natural para dormir. El más joven a penas y se removió. Una manta de color azulado yacía tirada en el suelo, estaba seguro que Somin la había colocado sobre el chico, pero ya no cubría nada; así que con cuidado la volvió a colocar sobre el cuerpo de su hijo.
Le quitó el celular de las manos.
― De seguro hablando con Hibiki... ― Pensó con picardía, luego de dejar el aparato sobre la mesita de centro. Dejó una lámpara encendida y le revolvió el cabello castaño. ― Descansa hijo mío... ―
Con pasos suaves subió las escaleras encaminándose a su dormitorio compartido.
― Somi... ― Susurró al abrir un poco la puerta. ― ¿Somin? ― Pidió subiendo su tono de voz.
La sonrisa que se le formó igualó a la que había hecho cuando vio a Yusuke al entrar.
La mujer castaña tenía la cabeza recargada sobre la laptop de su escritorio junto a la cama matrimonial. La pequeña lámpara le golpeaba con la luz la cara, creando sombras de sus pestañas, permitiendo apreciar la suave respiración y los leves ronquidos involuntarios que salían de esa mujer.
― Trabajando tan duro como siempre Señora Kim ― Musitó con orgullo.
Sabía que al igual que él las diplomacias la volvían loca, sobre todo porque ella era la que convocaba y llevaba a cabo las audiencias y los papeleos; desde que Yusuke llegó a sus vidas, la castaña se había alejado un poco de las peleas con la intención de proteger a su hijo, representar la figura materna que siempre había querido ser.
Por eso se complementaban, ella ordenaba y él cumplía al pie de la letra.
Junto a sus compañeros y mejores amigos, Jiwoo y Taehyung; eran el mejor equipo y todos los años de misiones los respaldaban.
Sobó el cabello de su mujer, al momento que se inclinaba a observar mejor la pantalla encendida del computador.
"... habían atravesado por mucho, pero aquí estaban, siendo un equipo como aquella vez que se conocieron por casualidad"
Una historia.
Fue lo que le vino a la mente luego de leer aquella frase. Más que llenando papelería, Matthew Kim disfrutaba mucho más de la versión tranquila de Somin cargada de inspiración reflejada en su mirada concentrada y sus dedos deslizándose como si bailaran sobre el teclado de letras.
Lo mismo sucedía cuando la escuchaba cantar, ya fuera en privado o en uno de los tantos conciertos que ofrecían antes de atrapar a algún sucio criminal.
Era como su pequeño deleite personal.
Bajó un poco la mirada, percatándose que ésta aun portaba su camisa blanca de oficina, sin evitarlo sus ojos se detuvieron unos segundos en el brassier de encaje que sobresalía de la camisa.
Esa pequeña mujer de aspecto angelical podía mover su cuerpo como los dioses cuando bailaba y por supuesto en sus encuentros privados.
Sonrió ante sus tonterías.
Sí, sin duda seguía siendo un pervertido.
O como él prefería llamarlo, un pervertido enamorado.
Al menos Yusuke aún no adquiría esas mañas.
Olvidó aquellos pensamientos, y revisó el reloj de su muñeca; ya eran 12:30 así que regresó sobre sus pasos tomó una manta del armario y la depositó sobre la espalda de su esposa.
Se agachó y le besó la sien.
― Feliz Cumpleaños Preciosa... ― La sintió removerse, pero no abrió los ojos. ― Te amo Somin, más de lo que te puedes imaginar ― Confesó luego de apagar la pequeña lámpara y cerrar la computadora.
Le dio un último vistazo y a pasos lentos salió en dirección a la cocina. Como lo suponía una nota de su hermosa castaña estaba pegada sobre la comida que debía recalentar y así lo hizo.
Se puso cómodo en aquel pequeño desayunador y degustó de aquella cena en solitario. Porque a solas y en silencio le gustaba meditar sobre cómo el destino le había cambiado.
Estaba infinitamente agradecido con la vida, a pesar de que al principio cuando era más joven no lo veía de esa forma.
Tenía un trabajo de aventura 24/7, unos amigos increíbles, un equipo excepcional, un hijo maravilloso y una hermosa y fuerte esposa.
¿Qué más podía pedir?
Para Matthew la mejor parte de llegar a su casa, a pesar de lo cansado o estresado que esté, la mejor parte siempre venía cuando podía apreciar a su hijo Yusuke y a su esposa Somin.
Saber que estaban ahí y que daría lo que fuera para mantener este sueño por siempre.
Estaba seguro que Somin despertaría pronto y él podría felicitarla de forma más apropiada, y mañana celebrar con toda la familia KARD.
N/A: Algo pequeño que recién se me ocurrió para celebrar que llegó septiembre y que KARD se presentará hoy en la Ciudad de México y yo no estaré ahí, así que ha distraerme escribiendo (?) Espero reciban mucho amor, para que regresen por tercera vez.
Espero hayan disfrutado de este escrito, nos leemos en la próxima idea.
¡Saludos a todos!
Septiembre 08 2018 🎉
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La Mejor Parte |KARD|
FanfictionDespués de un día duro de trabajo, Matthew sabía cuál era la mejor parte del día al llegar a su casa.