One Shot's Seventeen.♡

SeungCheol + JeongHan.

unmapachesinbobby
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SALA DE BAILE

Narra Seungcheol.

Estábamos ensayando la coreografía de Mansae por cuarta o quinta vez en el día, necesitábamos practicarla bastante porque dentro de pocos días habría una presentación en la que tendríamos que bailarla frente a la ciudad, y por tanto tendría que salir a la perfección. Hoshi nos indicaba como teníamos que posicionarnos y Woozi nos recordaba la entrada de los versos de cada uno por si acaso se nos quedaba la mente en blanco.
—¡Cheol hyung! ¿Otra vez? ¿Qué te pasa? —Me regañaba mi compañero y jefe de la subunidad vocal, Jihoon. Aunque fuese estricto, se podía notar que también estaba preocupado por mí.— Estás como perdido, te has equivocado ya como tres veces cada vez que era tu parte. Por favor, no te distraigas y estáte atento, tiene que salir perfecto, hyung. —Y sí, realmente estaba algo distraído, cada vez que era la escena en la que estábamos al frente Mingyu, JeongHan y yo, yo me quedaba mirando de tal manera a JeongHan que olvidaba el paso que venía a continuación.

Realmente, ese chico era genial, tanto por dentro como por fuera, y era extraño lo que estaba sintiendo por él, como... ¿atracción? No sé, pero me encantaba. Y era normal que me distrajese, si Hoshi lo pone delante mía y de espaldas, mi mirada automáticamente se va a él, y mi mente comenzaba a crear imágenes que no eran para nada de un chico inocente. Y es que, mis hormonas junto a ese chico afloraban instantáneamente y cada vez era mucho más difícil ocultarlo.

Había algo que tampoco me molaba de la coreografía y era que MinGyu y él estaban bastante cerca en aquella escena, me sentía enfurecido y extrañamente sentía como si algo por dentro me consumiese. ¿Celos de esa farola? Ni de lejos. Pero no me molaba mucho que se llevasen tan bien y tuviesen esa cercanía. Realmente me gustaría tener a Jeonghan tan sólo para mí, no me gusta que lo traten mal ni que lo miren de una manera indebida. Jeonghan es mío.

—Mingyu, Jeonghan y SeungCheol, quedaros practicando vuestras escenas, necesitáis centraros más, por favor. Cuando terminéis os estaremos esperando en el restaurante de a dos calles de aquí, no cenaremos sin vosotros. —Nos decía Hoshi para luego marcharse con los demás chicos a fuera tras hacer una reverencia con su tierna sonrisa.
—Mingyu, puedes marcharte, soy yo realmente quien lo hago mal, lo siento... —Le dije en bajo a Mingyu, intentando poner una excusa para poder estar a solas con Jeonghan, mientras que éste último mencionado estaba alejado de nosotros bebiendo agua para hidratarse.
—¿Seguro, hyung? No me importaría quedarme más rato, es divertido pasar tiempo con ustedes. —Esbozó su típica sonrisa de niño bueno.
—No te preocupes, Min, todo irá bien, tranquilo. —Sonreí falsamente y él asintió en respuesta para segundos después tomar su botella de agua y marcharse. Suspiré aliviado.
—¿Y Mingyu? —Preguntó algo extrañado JeongHan mientras se acercaba a mí, una vez se percató de que MinGyu no estaba en la sala.
—Le dije que ser marchara, todo esto fue culpa mía, lo siento realmente. —Dije con cierto tono de tristeza, obviamente falso.
—¿Culpa tuya? ¿Por qué dices eso, hyung? —Preguntó acariciando mi hombro y ofreciéndome un abrazo, el cual correspondí sin dudar dos veces.
—Creo... Creo que estoy celoso. —Confesé en bajo, algo avergonzado. Esta vez sí que no era fingido, creo que realmente estaba celoso de Mingyu, y odio admitirlo.
—¿Celoso? ¿Celoso de qué? Hyung, no entiendo... —Me miró extrañado. Estábamos a unos escasos y tentadores centímetros. Pude observar cada linda facción de su angelical rostro, el cual nunca me cansaría de observar nunca. Subí mis manos a sus mejillas y sin pensarlo mucho, junté nuestros labios sin dejarle decir una palabra más.
Se notaba que él estaba sorprendido puesto que tardó en corresponder, pero más lo estaba yo cuando lo hizo. Mis manos comenzaron a descender hasta llegar a su trasero, donde lo agarré y apreté a mi gusto, sacándole de esos labios tan apetecibles y ahora algo rojizos, un pequeño gemido. Sonreí contra sus labios y mordí su inferior. Esto comenzaba a calentarme, y no me iba a privar de nada, sino más bien, iba a aprovechar cada segundo que estuviese con él ahora.