•1•

1.2K 96 91
                                    

Desde que era muy pequeño, mi padre salió en busca de la aventura, visitar lugares del todo el mundo, asi que simplemente me abandono, pero no creo que por intensión, era joven, debía disfrutar su vida, no con una carga como yo, nunca lo volví a ver, no se si está vivo o muerto, ¿si me gustaría estar a su lado? No tengo mente para eso ahora, después de un tiempo mi madre se enfermo, lamentablemente murió... Y puedo decir que fue una de las mejores madres del mundo, siempre me cuido...

Vivía solo en la casa de mi madre, en un pequeño pueblo en Africa, nadie se preocupaba por mi, solo era un niño vagando, y todas las noches dormía solo en la cama donde mi madre murió, ¿Que triste verdad? Si... Pero todo mejoró, cuando crecí y tenía unos 19 años recibí un dinero por parte de padre y viajé a Francia, donde según él, me ayudaría con una estadía, pero cuando llegue al aeropuerto de Francia... No había nadie con un cartel que dijiera mi nombre.... Llegue como si nada, sin idea a donde ir... ¿Que hace una persona cuando llega a un lugar totalmente desconocido? Donde no tienes familiares quien te ayude para poder mantenerte por un tiempo... No sabía que hacer, fui a recoger mis maletas y lo bueno es que estaban ahí...

Cuando salí, había un montón de taxis subiendo a gente, lo cual me percate de otro problema... No sabía su idioma... No entendía nada de lo que decían, no me podía comunicar con ellos, fue algo muy estresante.

- Hola ¿eres de Africa verdad? - se acercó a mi un muchacho, de gran estatura y un cuerpo bien formado. - Me llamó Roronoa Zoro, soy japonés, un amigo de tu padre me envió para que viniera a recogerte - Aquel chico me sorprendió, de cabellera verse, tenía una cicatriz en su ojo izquierdo, otra que le cruzaba por todo el pecho hasta el abdomen, se lo podía ver, ya que llevaba una chaqueta color militar abierta. - ¿Como te llamas? - no le conteste, estaba totalmente distraído contemplandolo - Oe! - gritó.

- Ah! P-perdon! - dije sacudiendo la cabeza - E-esque me distraje un poco...

- Si, eso ví - se cruzó de brazos y lo dijo con un tono más serio alzando una ceja. - Te estaba preguntando que como te llamas...

- Eh... - me quedé como estúpido procesando lo que me había dicho - Esto... Si! Si! Me llamó Usopp.

- Que bien - dijo más alegre el peliverde - Entonces Bienvenido Usopp-san a Francia! Ahora nos iremos a su capital que es Paris.

- E-esta bien...

Sin decir nada más, Zoro se subió a un carro verde oscuro (Que no se note que le gusta el color verde) metí mis cosas al maletero y me subí al carro y él arrancó, los primeros minutos fueron muy incomodos, el japonés no quitaba la mirada del camino, aunque aveces miraba el retrovisor para verme.

- Y... ¿Porque pensastes venir a Francia? - pregunto Zoro.

- Emm.. Pues simplemente estaba muy mal en África, vivía solo, no tenía familiares ahí, nunca supe de lo que sería mis abuelos, tíos y primos, mi padre se fue de viajes cuando era pequeño y nunca volvió... mi madre se enfermo también cuando era pequeño... Y murió...

- Perdón por preguntar...

- Tranquilo, no lo sabias...

-Entonces... ¿Te has cuidado solo?

- Si... No tenía dinero, entonces para comer robaba las cosas de mis vecinos...

- Que mal...

Después de 3 horas en carro, llegamos a París, la hermosa capital de Francia, donde está la más preciada Torre Eiffel! Quede admirado por sus parques y restaurantes totalmente elegantes, páramos por una pequeña cafeteria, de aquella salió un muchacho con una bandeja en la mano.

El Africano y su Francés Donde viven las historias. Descúbrelo ahora