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Sé que no soy perfecto, pero si te quedas un rato...
Bebé, entonces lo verás.

Traje flores a casa. Jiyeon  me esperaba mientras cuidaba al pequeño Jungkook, nuestro hijo de 9 meses. Las cosas habían pasado de forma esporádica y hermosa. Habíamos sufrido mucho para volver a salir adelante en un lugar lleno de xenofobia, pero no importaba, había gente que no lo era y nos apoyó mucho. Jiyeon trabajaba para una familia rica como asistente administrativa y nos facilitó un poco más las cosas. Tras dos años, habíamos comprado por fin nuestra propia casa, pequeña, pero acogedora. Poco después, cuando todo era paz, el anuncio de un bebé nos alegró la vida. Todo había ocurrido en el momento preciso. Hoy no era ninguna fecha especial, pero un día sí, como todos los días a su lado. Podía escucharle hablar al bebé mientras de fondo se escuchaba una canción infantil sobre una vaca. Era una canción muy conocida entre los niños. Quien tuviera sobrinos o hijos sí o sí sabían de su existencia. Se veía más hermosa que nunca, cargando al pequeño Jungkook entre sus brazos. Hasta que me miró y sonrió.

Jungkook empezó a llorar para que lo cargue y Jiyeon empezó a reírse, pues era inevitable. Jungkook se ponía siempre así, desesperado por que lo cargue cada vez que regresaba del trabajo. Me acerqué a ambos y lo tomé rápidamente, besándole la frente. El llanto cesó y Jiyeon me dio un beso corto. Con esfuerzo hice que mirara las flores tras de Jungkook. Ella sonrió ampliamente.

Por ver esa sonrisa quería vivir siempre.

—Gracias, Jin.

Yo era el hombre perfecto para ella, así como ella lo era para mí.

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When you can't sleep at night + Ksj ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora