Capítulo III

16 1 0
                                    


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Eran casi las seis de la tarde y yo moría de nervios  por dentro. Estaba en mi habitación, recostada en mi cama, viendo cada uno de los posters que tenía de la más reciente sesión de fotos de Adrien.

 —Te ves realmente nerviosa, marinette. —Una delgada voz me sacó de mis pensamientos.

—Oh, Tikki, lo estoy. Lo que dijo Alya esta tarde me dejó pensando, no sé como aún no le he podido decir lo que siento, soy tan torpe. —Cubrí mi rostro con mis manos, mientras me sentaba sobre mi cama.

 —¡Tu eres la mejor súper heroína de París, Marinette! No debes olvidar eso. El maestro fu te eligió por una razón y durante estos años, has demostrado ser la mejor portadora que hubiera podido desear.

 Solté un 'aww' al instante.—Oh, Tikki, ¿no te cansas de ser tan adorable?—La acerqué a mi para abrazarnos, o bueno, un intento de ello.

Una bocina de un auto nos detuvo, luego todo sucedió muy rápido.

—¡Marinette! ¡Hay un auto estacionado afuera que te busca!—La voz de mi madre entró por toda la habitación y yo salí despavorida de mi hogar. El momento había llegado, iba a volver a visitarlo después de...bueno, vamos ya.     


*


Le agradecía al chofer que me había traído a casa de Adrien para luego dirigirme hacia la entrada de la misma, donde me recibió Natalie, la asistente ejecutiva del padre de Adrien, Gabriel Agreste. Me invitó a pasar, no hubo tanto lío ya que me había visto varias veces anteriormente por aquí, pero he escuchado rumores de que es más complicado con gente que no es tan cercana a Adrien o a la familia Agreste. Como aquella vez que debíamos hacer un trabajo en grupo en su casa y la mayoría de nuestra clase no pudieron entrar a su hogar para hacerlo, sólo sus amigos que ya habían estado anteriormente. Supongo que todo es cuestión de seguridad para que ningún fan loco entre y cause un alboroto o peor aún, le haga daño a Adrien. Pero también me surge el presentimiento de que esta casa guarda secretos, no quiero sonar paranoica pero, hasta el mismo señor Agreste me da un poco de mala espina aveces.

Me encontraba en el salón disfrutando de la inmensidad de la casa, detallando cada cuadro y esquina de esta, percatándome si había ocurrido algún cambio de organización o diseño desde la última vez que estuve en esta brillante morada.

 —¡Hola Marinette! Veo que llegas muy puntual.

Un Adrien alto, con cabello abundante y desordenado (pero igual de brillante que siempre) y con sudadera apareció en lo más alto de las escaleras, mientras sonreía y bajaba a gran velocidad cada escalón hasta que llegó al nivel donde me encontraba, acercándose, no dejaba de tener esa mirada de alegría que lo destacaba entre todos.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 14, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

In the rain {mlb}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora