Llegó el día de la fiesta y al terminar las clases no fuimos a la cafetería porque teníamos que prepararnos.
Cuando llegué a casa, Ted, Marshall, Robin y mi padre estaban en el salón charlando mientras veían un partido. Entré apresurada, sin apenas darme cuenta de que estaban porque creía que no me daría tiempo a estar lista.
- Eh, ¿tanto tiempo sin vernos y no saludas a tus tíos?- me preguntó Ted. En realidad no eran mis tíos, pero como pasaba tanto tiempo con ellos los consideraba como tal. Me detuve en seco y me acerqué a saludarlos.
- Lo siento, estoy estresada. Esta noche tengo una fiesta muy importante y no quiero retrasarme- comenté.
-¿Te recoge Sam?- se interesó mi padre.
- ¿Quién es Sam?- continuó Lily moviendo las cejas de arriba a abajo insinuando algo.
- Es solo un amigo- dije y antes de que pudieran seguir interrogándome me fui a mi cuarto para arreglarme.
Sam me dijo que me recogería a las 21.30 y yo a las 21.15 ya estaba preparada y muy nerviosa. Decidí ponerme un vestido blanco con escote de pico y las mangas terminadas en campana que quedaba dos palmos por encima de las rodillas. Me maquillé de forma sutil ya que, a parte de que no era una experta del maquillaje, siempre había preferido ir natural. En cuanto al pelo, me hice un recogido dejando sueltos dos mechones delanteros que ondulé y más tarde despeiné para que parecieran colocados así a propósito, de esta forma se podían apreciar los pendientes plateados que colgaban de mis orejas, y sobre los zapatos, ya os dije que era alta, no solía ponerme tacones por lo que opté por unas sandalias bajas también plateadas.
Miré el reloj un segundo, 21.30, y sonó el timbre, lo escuché hablando con mi padre, era la primera vez que se veían. Me moría de la vergüenza pero salí de la habitación y me detuve en la puerta del salón. Todos se giraron a mirarme, mis tíos no dudaron en halagarme al verme, mientras que Sam se encontraba junto a la puerta de la entrada mirándome fijamente sin poder decir una palabra al igual que mi padre que permaneció a su lado.
- ¿Nos vamos?- le pregunte para que reaccionara. Asintió con la cabeza y aún sin decir una sola palabra salimos de mi casa.
Vino a recogerme en el coche de su madre. Me abrió la puerta haciéndome un gesto de caballerosidad con la mano para que me montara, se lo agradecí con una sonrisa y entré. Al subirse al coche suspiró y me miró.
- ¿Qué pasa?- pregunté preocupada.
- Nada, es sólo...que estas preciosa Harper.- dijo mientras colocaba su mano en mi rodilla y me acariciaba. Mi corazón no podía ir más deprisa.
Pusimos rumbo a la fiesta y al llegar ya habían varios coches aparcados enfrente de la casa. Unas luces blancas colgaban del tejado de la casa decorándola para la fiesta y dentro, el salón estaba repleto de guirnaldas de colores que iban de una parte a otra del techo.
- ¡Por fin estas aquí!- me dijo Melissa- ya creíamos que no vendrías. Ayúdanos con los aperitivos- me cogió de la muñeca y me llevó hasta donde estaban las demás animadoras colocando las bebidas en una mesa.
Sam se dirigió hacia donde estaban sus compañeros de fútbol, entre ellos Chuck. Vi como lo miraba y quise llamar su atención para evitar que hiciera algo de lo que podía arrepentirse. Entonces, miró hacia donde yo me encontraba y al cruzarse nuestras miradas le negué con la cabeza, me sonrió y volvió a fijar la mirada al frente.

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Ámame pase lo que pase (En Proceso)
Teen FictionHarper es una chica que creció pensando que su padre murió en un incendio, hasta que descubre que en realidad vive en Nueva York y que no comparte padre con su hermano, lo que provoca que se separen. Años más tarde Harper conoce a Alice y gracias...