Hay veces que lo que nos rodea no siempre puede ser perfecto, no puedes controlar los cambios ni al corazón.
Y los secretos siempre salen a la luz para apuñalarte por la espalda como aquellas personas en las que confías...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Baja a desayunar—la vi de pie en la puerta—Irina vino para que vayan juntas—dijo antes de dar media vuelta e irse
—Ya voy—no podia ni abrir bien los ojos
Minutos después empecé a dormirme una vez mas, hasta que senti como alguien me estiraba de las piernas, sentí como mi cuerpo impactaba contra el suelo y el dolor se apoderaba de mi, tanto que el sueño que tenia se desvaneció por completo
—¿¡Que haces!?—mi vista se fue hacia mi amoga que no paraba de reirse—Me pude a ver lastimando, ¿No pensaste en eso?—me puse de pie, estaba realmente enojada pero seguía riendo—¡No te rías!. Me vengaré de esto, no quedara así—lo dije sin poder aguantaroa sonrisa y eso hizo que Irina no se lo tomara en serio
—Perdón es que debiste ver tu cara—siguió riendo
—Está bien esta bien, tu sigue—camine hasta mi clóset y tome mi uniforme—luego yo seré la que se ríe de ti—entre al baño sin mirarlo y solo abrí la ducha
Solo pensaba en como llegaría mi venganza pero no podía hacerlo hoy, debía esperar el momento indicado, un día que ella menos se lo espere. Salí de la ducha y seque todo mi cuerpo al igual que mi cabello. Se me rayaba haciendo un capo tarde y no podia demorarme tanto como quisiera. Me vestí con el uniforme y salí del baño, para mi sorpresa ella ya no estaba a lo que supuse que ya había bajado. Corrí de mi cuarto hasta las escaleras y llegué a la sala
—Al fin chica, te tardas una eternidad—frunció el ceño
—Perdón—tome asiento en la mesa donde mi desayuno me esperaba
—Buenos días hija—me padre me dio un beso en la mejilla
—Hola pa, pensé que ya te habías ido—heche azucar a mi te
—Hoy quise ir más tarde—salio del comedor dejándonos solas
—Come rapido—la apresure, me bebí el té lo más rápido que pude al igual que ella—Tengo dinero por si nos da hambre
—Yo también, vamos—agregó
Salimos corriendo hasta afuera y me extendió un casco, subió a la moto y la encendió. Subí con ella y fue acelerado lentamente. Los minutos seguian corriendo y con ella la hora se acercaba, irina aceleró aún más hasta que llegamos a la secundaria. Llegamos a los estacionamiento y solo corrimos hasta adentro de la institución como locas
—¿Que clase tenes ahora?—mi pánico se incremento al ver que eran cinco minutos tarde
—¡Historia!—chillo irina con felicidadad al recordar
Subimos las escaleras hasta el piso tres donde estaba nuestra clase, solo rogaba porque llegara tarde, y como si el universo nos sonriera. El profesor no estaba. Fuimos a nuetros asientos al fondo del salon, irina adelante de mi Y al lado de cada una un asiento libre, era más como sentarse sola y no molestabamos a la otra
