Prólogo.

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Atlanta Georgia.

18 de noviembre de 2004.

No one's POV

Aquella tarde de un dieciocho de noviembre, la pequeña Destiny caminaba por las calles tomada de la mano de su padre, Jake. Puede que ella tuviera 10 años, pero nada le gustaba más que sostener la mano de su padre, lo quería, amaba a su padre, puede ser posible que lo amara más que comer. En fin, ese no es el punto, ella vió a lo lejos a un niño que realmente llamó su atención.

-Papi, ¿Puedo ír junto con ese niño? -señaló al chico del otro lado, cuyo nombre era James. Jake asintió, era un papá celoso pero no creía que su hija fuera capaz de cosas así.

Destiny fue corriendo al otro lado de la calle, sin percatarse de que un maserati venía en esa dirección, cuando ella vió el auto se paralizó, Jake observó eso y corrió, empujó a Destiny y él resivió el golpe de el auto. Jake gimió de dolor.

Destiny miró a su padre, viendo como sus ojos se cristalizaban.

«Esto es mi culpa.» pensó ella. Corrió hacia el débil cuerpo de su padre, esto no podía estar pasando, no a ella, no ahora. Se arrodilló frente a él y puso su cabeza en sus manos.

-Estarás bien papi, lo prometo -susurraba con lágrimas en los ojos.

-No lo estaré -dijo Jake para sus adentros, no le gustaba ser negativo, pero en estos casos se debia ser realistas-. Pequeña, te amo mucho. Nunca te olvidaré y te protegeré siempre -dijo sobando las mejillas de la castaña débilmente. Ella cerró los ojos al sentir el tacto, haciendo que más lágrimas cayeran.

-No, no te puedes ír. No me dejes papi, te amo mucho -murmuró en su pecho.

El corazón de Jake dejó de latir. Diciendo por última vez en su vida: -Te amo hija.

Destiny lloraba desconsoladamente, el vonductor que atropelló a su padre había escapado. La castaña se sentía peor que nunca, nunca le habían hecho daño, nunca había sentido lo que es tener el corazón roto.

-Lo lamento papá, no quise hacerlo, en serio lo lamento -dijo Destiny en un sollozo.

James miraba la escena con tristeza, porque entendía a la chica.

Porque ese día Destiny McGuire perdió a la persona a quién más amaba.

(...)

-¿Qué? -gritó Susan.

Al perecer ya sabía todo, la llamaron del hospital. -Esto no puede ser cierto -murmuró cerrando los ojos-. Tiene que ser una jodida broma, ¿lo es, cierto? -dijo con dolor.

-Lo lamento señorita McGuire, no es ningún tipo de broma, su esposo acaba de fallecer -dijo la enfermera.

Destiny estaba sentada en la sala de espera, sola, mirando el suelo, culpándose por dentro. Si ella no hubiese querido ír a conocer a ese extraño e interesante chico su padre seguiría ahí. Mientras que Susan conducía a la máxima velocidad, camino al hospital.

-¿Te sientes mejor, cariño? -le preguntó la enfermera a Destiny. Ella negó, siendo sincera.

-He matado a mi padre -murmuró, llorando.

-No cariño, no es ti culpa -sobó su cabeza.

Susan estaba escuchando la conversación. -Claro que lo es. Si tan sólo yo no hubiera cruzado la calle sin ver él estaría aquí -sollozó en silencio.

-¿Qué? -preguntó Susan perpleja-. ¿Todo esto es tu culpa? -apretó los dientes.

Destiny se cruzó con la mirada café de su madre, siendo intimidada. -Él se fue por tu culpa -confirmó Susan por sí misma.

-No -dijo la enfermera.

Susan tomó violentamente a Destiny por el brazo. Sintiendo vergüenza de ser madre de alguien, así. -Destiny, nos vamos -dijo dura y ella asintió.

Sabiendo que ya nada sería igual.

Diez años después....

Atlanta Georgia.

24 de septiembre de 2014.

Destiny's POV

Sentí la sangre recorrer mi brazo. Una lágrima cayó por mi mejilla, y no era por mi corte, era por el daño que tenía interiormente.

Mi vida nunca fue la misma desde que papá murió. Esa mujer a la que hago llamar 'madre' se volvió el mismo demonio desde ese 18 de noviembre. Se encarga cada maldito día que pasa de encharme en cara que fue mi culpa, que si no hubiera sido tan idiota él seguiría aquí. Y adivinen qué, puede que ella tenga razón.

Lo único que tengo es mi novio, Trevor. Él cual me dijo que estuviera lista a las 7:00pm para salír a celebrar, ¿qué celebraríamos? Mi cumpleaños, aunque no tengo ganas.

Para mí un cumpleaños sin papá no es un cumpleaños, un cumpleaños sin poder oírlo decir que me quiere, no es un cumpleaños para mí.

Miré la hora, 6:45pm, Trevor no demoraría en llegar. Tomé mi chaqueta para cubrir mis cortes. Salí de mi habitación, rezando para que Susan se encontrara en su habitación, y para mi suerte fue así. Salí de casa, preferiría esperarlo afuera, el clima a esta hora me gusta.

El auto de Trevor llegó alrededor de 5 minutos de espera. Sonreí, y bueno, obviamente era una sonrisa falsa. Él me devolvió la sonrisa.

-Hey tú -dijo besando cortamente mis labios-. Felíz cumpleaños amor -sonrió.

-Te lo agradezco mucho Trevor, en serio lo hago -dije abrazándolo.

Trevor es lo único que tengo en este mundo. Y lo último que me quedaba.

-Vamos pequeña, te tengo una sorpresa -dijo tomando mi mano.

Subimos al auto. El camino, bueno, no lo sé, me quedé dormida. Solo sé que estamos en un restaurante muy lujoso.

Quería tacos. Bueh, estoy acoatumbrada a las decepciones en mi vida. -¿Te gusta? -preguntó él.

-Sí, me encanta -mentí, seguro se esforzó haciendo este día especial y llego yo diciendo "Oye,solo quería unos tacos", sería muy irrespetuoso.

Entramos y un señor con un traje muy elegante -para mi gusto-, nos recibió. Nos llevó nuestra mesa y yo seguía con la misma sonrisa falsa de hace diez años.

Nos entregaron la carta, todo era caro, así que opté por raviolis, me provocó con solo ver la foto en la carta. -Buenas noches soy Tyler y seré su mesero ésta noche -dijo un chico dee nuestra edad, lindo, pensé-. ¿Ya van a ordenar? -preguntó cortésmente sacando una pequeña libreta.

-Yo sí -dije. Él me miro esperando una respuesta. -Quiero unos raviolis y para tomar... quiero fruit ponch, amo esa cosa -sonreí.

-Muy bien -sonrió anotandolo en su libreta-. ¿Y usted, señor? -le preguntó a Trevor.

-Quiero la especialidad del día -contestó rápidamente-. Y para tomar un té frío, por favor -cerró la carta y el mesonero la tomó, seguida de la mía, para luego retirarse, lo miré disimuladamente, lindo culo Tyler.

-Bueno... -dijo Trevor mordiéndose el labio-. Tengo algo que proponerte -Rascó su nuca.

-¡Soy muy jóven para casarme! -exclamé aterrada.

Trevor rió. Al parecer no era eso, suspiré aliviada. -Nono, yo... -hizo una pausa-. Quiero que vivamos juntos -sonrió.

-¿Es en serio? -pregunté, asombrada, por fin sería feliz.

-Si.

-!¡Si quiero! ¡Gracias! -lo abracé.

Y fue en ese momento cuando supe que todo volvería a ser de color rosa.

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Nueva novela, espero que les guste.

-Barbara.

BrokenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora