PROLOGO
La vida, era normal, tal y como la conocemos actualmente, y seguramente, todos pensábamos que seguiría así hasta nuestra muerte, pero, nadie sabia lo que en realidad pasaba.
El mundo en el que vivíamos, siempre bajo una fachada de paz y seguridad, que todos creyeron, era en realidad un mundo de guerra, destrucción y muerte, solo que ese lado era el que menos relucía. Suponía que esto era verdad, hasta que llego la guerra, que en un abrir y cerrar de ojos, acabó con el mundo tal cual lo conocemos.
Y es aquí, justo después de esta guerra, que comienza mi historia.
Fin del mundo
1
Corría el año 2017, creo que fue en Mayo cuando ocurrió, despertaba como siempre de mi cama, a las 8 de la mañana, salía a la sala, donde estaba mi esposa haciendo el desayuno, yo andaba hacia ella y la saludaba calurosamente con un abrazo y un beso en la mejilla, luego corría a la silla de enfrente de mi computador para sentarme a ver mi correo electrónico, entré a la pagina y vi un correo que nada más leer su titulo abrí, lo leí detenidamente y me sorprendí de su contenido, me avisaba que era una de las familias elegidas por el gobierno para entrar a una especie de refugios subterráneos por si alguna catástrofe ocurría y cosas por el estilo, el e-mail no decía porque me habían elegido ni nada, supuse en su momento que era una farsa.
Ese día continué normal, fui al trabajo, volví y me acosté a dormir al lado de mi esposa, lo que no sabía era que el fin de lo que conocíamos como vida y rutina, estaría a punto de cambiar.
2
Desperté y seguí con mi rutina diaria, solo que esta vez, altere un punto, me senté en el sofá a ver televisión, no sé con certeza el porqué lo hice, pero lo que escucharía en el noticiero de las 8, me dejaría atónito: - Ehm... en este momento me está llegando información – El reportero se veía muy nervioso – Eh... Se supone que distintos estados y países están siendo borrados del mapa... ahhh... Están siendo atacados con armamento nuclear... No se sabe el responsable del ataque – De repente, la señal se corta, miro a mi esposa, ella me devuelve la mirada muy aterrorizada, mi teléfono comienza a vibrar, lo saco de mi bolsillo rápidamente y veo que es un número desconocido, contesto sin pensar, escucho una voz de un señor , me avisa que salga de mi casa con mi esposa y que espere en la acera, que se supondría que deberíamos esperar un automóvil negro, un Cadillac CTS-V Sedan, me especificó el tipo; en todo ese apocalipsis que acababa de ocurrir solo pude coger de la mano a mi esposa y sacarla rápidamente del apartamento en el que vivíamos. Ya afuera esperamos el auto, la calle era un desorden, gente corriendo por todas partes, autos estrellados contra postes, sirenas de policía, la calle en ese momento era una locura total, pero en esa locura, solo podía buscar al Cadillac negro, buscaba y buscaba, mi esposa estaba en shock, no podía casi hablar. El Cadillac ya era visible y yo esperaba ansioso su llegada, en un par de segundos llegó y paró justo al frente de nosotros, la puerta trasera se abrió y un hombre con gafas nos dijo desde el asiento delantero: - ¡SUBAN! – Obedecimos y en un segundo estábamos sentados cerrando la puerta. Ya dentro el tipo comenzó a conducir muy rápidamente, pasaba calle tras calle rápidamente, demostrando su maestría al volante, nos dirigía a un lugar fuera de la ciudad, de camino, solo veía destrucción y desesperación, un paisaje lamentable.
3
Llegamos a una puerta escondida en una montaña, la cual se abrió y nos dejó pasar a mi esposa y a mí, el tipo que nos trajo se fue montado en su Cadillac, supongo que a recoger más gente "elegida".
Nos adentramos en la montaña, era un sinfín de escaleras que nos llevaron finalmente a una instalación muy bonita y con decoración moderna, el refugio nos reconfortaba y daba un sentimiento de seguridad, algo bueno, para la situación en la que nos encontrábamos, avanzamos en los iluminados pasillos de la instalación, hasta que llegamos a una especie de recepción en la que había más gente, habían unas sillas y en el centro de la habitación una gran pantalla que tenía una cuenta atrás, en el momento en el que llegamos, la cuenta atrás estaba en 60, tomé asiento con mi esposa y comenzamos a hablar, yo, la trataba de calmar y mientras que el contador llegaba a 0, en ese tiempo, más gente iba llegando, hasta llenar la sala en su totalidad.
YOU ARE READING
EL 17
Science FictionEn pleno siglo 21, la vida de la familia Noseworthy era tranquila, trabajo normal y vida normal , todo, parecía bien, hasta ese día...