Pechi / Chipe [One Shots]

Tacna x Chile

Título: Dolor del pasado

Palabras: 2283

Advertencia: 

                             -Esta historia es un AU
                             - Intento de una historia sad (?)

Dolor del Pasado

La lluvia era el enemigo de los amantes del verano, empleados que no quieren arruinar el traje que tanto esmero le había costado comprarlo. Pero para Esteban, era lo mejor que podría existir en el clima y eso incluía también una pequeña esperanza que cayera la nieve aunque sabia en el fondo que era casi imposible.

La campana que empezaba a sonar por toda la escuela dando finalizado las clases de ese día. Muchos de sus compañeros alistaban sus cosas con entusiasmo, unos más que otros. Pero para él, literalmente presentía que algo iba ocurrir. Tenía una sensación que no se le quitaba del cuerpo. ¿Sería algo bueno o malo?. Sin embargo, deja a un lado dichas sensaciones para irse a casa. Quizás lo único bueno para Esteban estaba en la casa: un almuerzo delicioso, su madre y su mascota, un gato.

— Deberías decirlo en su cara, Malvinas, no puedo ser el mensajero de ambos cada rato —hablo Esteban quien conversaba con su mejor amiga a través del móvil— Martín no para de preguntarme... 

— Lo se, solo... dame tiempo...

— ¿Hasta cuanto? Debes decirle la verdad.

— No es tan fácil decirle a tu hermano mayor que andas saliendo con alguien a sus espaldas y que planeo irme a vivir con él... especialmente a quien considera a uno de sus amigos. 

— Aun no me has dicho con quien es la persona con él que sales en secreto

— Si lo supieras... te enojarías como nunca. 

Estaban solamente suspiro.

— Si el lo descubre por otra persona, puede suceder algo grave y...

— Esteban. —dijo una voz a sus espaldas.

"No puede ser", pensó el pelinegro.

Aún sin voltear —y ganas no quería hacerlo— su cuerpo se había tensado y el miedo recorrió por todo su cuerpo por unos instantes con tan solo escuchar la voz que jamás olvidaría en su vida. Por dentro, estaba rogando y rezando a todo ser inexistente o existente en que fuera tan solo una confusión. Que no fuera la persona que creía que era. Respiro hondo para después, girarse y ver quien era aquella persona que lo llamaba.

Entonces visualizo a un chico de ojos negros, piel casi blanca y cabello negro como el suyo. Uno de los seres más despreciable que pudo haber conocido. Su progenitor, su padre, Chile.

— ¿Esteban? ¿Que sucede? —pregunto Malvinas. Y por unos segundos, Tacna había olvidado que estaba en llamada con su amiga.

— Luego te llamo —dijo directamente antes de poder escuchar las queja y preocupación de su amiga. Una vez la llamada finalizada guardo su móvil en su chaleco.

— ¿Tienes un minuto? —pregunto. Aquellos ojos negros mostraban nostalgia y arrepentimiento, para el menor era pura falsedad.

— No —dijo casi al instante. Y como si tuviera una emergencia, dio media vuelta con el paso acelerado sin más preámbulos. Pero el agarre ajeno en su brazo lo forzó a detenerse y como si fuego se tratase, se zafó al instante de su tacto. El mayor se vio dolido ante aquella reacción.