Hange miraba fijamente como Levi organizaba cuidadosamente sus cosas para ir de viaje fuera de las murallas y más allá de Marley. El tiempo de paz por fin había llegado y él, que había vivido la mayoría del tiempo bajo tierra, quería conocer el mundo más a fondo. Hange también quería, pero debía quedarse para determinar junto con los comandantes de los otros cuerpos militares y la reina Historia Reiss cuál sería el futuro de la Legión de Reconocimiento. Algo dentro de ella le decía que, cómo su comandante, podía ordenarle a Levi que se quedara, pero cómo su pareja, no podía dejarlo atado a ella a menos que Levi así lo quisiera.
La comandante de la Legión de Reconocimiento no recordaba un día en donde hubiera extrañado tanto a alguien, y eso que Levi aún no se marchaba. Había vivido tantos momentos junto a él, que le era imposible imaginarse una vida en su ausencia, sin las pláticas rutinarias tomando un buen té, decidiendo aspectos importantes sobre Paradis y la Legión, diciéndose insultos frente a todos, amándose por la noche de la forma más carnal que existía. Su corazón tenía miedo de no volver a ver al hombre de baja estatura que hacía sus días más llevaderos.
—Oi, quita esa cara, Hange—dijo él cuando estaba subiendo la última caja de suministros al carruaje.
Ella no respondió por seguir sumida en sus pensamientos, en cierta forma, pesimistas.
— ¿Me escuchas, gafas de mierda?
Hange se sobresaltó cuando sintió la mano de Levi sobre su hombro.
— ¿Dijiste algo? —preguntó con cierto tono de tristeza en su voz.
—Que quites esa cara, luces pésimo.
—Lo siento.
—Dime que te pasa—Hange desvió su mirada de la de Levi, preocupándolo seriamente—. Oi, no puedo irme si te quedas con esa mirada en tu rostro.
Hange se dio vuelta, liberándose del agarre de Levi, comenzando a caminar hacia la entrada del cuartel de la Legión. Las lágrimas estaban a punto de brotar de su ojo sano y no quería que él la viera de esa forma, aunque eso significara no despedirlo.
— ¡Carajo, Hange Zoë! —gritó molesto y fue a tomarla de la muñeca— ¡Mírame, dos ojos de mierda!
Ella le hizo caso, mostrándole como su mejilla derecha ya estaba cubierta de lágrimas. Levi inmediataente comenzó a limpiar el agua salina con el dorso de su mano libre.
—Discúlpame por haberte gritado—dijo apenado.
—No importa, fue mi culpa—afirmó Hange sorbiendo un poco la nariz.
—Dime que te sucede, por favor.
Ella lo pensó por unos segundos. No tenía caso seguir ocultándole a Levi su estado de ánimo.
— ¿Te volveré a ver? —preguntó ella con tristeza, a lo que Levi respondió con una pequeña risa, de esas que soltaba rara vez.
—Me sorprende que hagas una pregunta tan estúpida cuando eres demasiado inteligente, dos ojos—una pequeña sonrisa se asomó en los labios de Levi, confundiendo a la comandante.
— ¿Qué quieres decir, enano?
El capitán estiró una mano hasta la coleta de Hange para acercarla a él. El sonrojo se hizo presente en las mejillas de la castaña.
—Que, por supuesto me volverás a ver, sólo serán unos meses los que estaré ausente, porque tengo dos razones para regresar—dijo Levi y la comandante se confundió más.
—Normalmente entiendo todo lo que me dices, pero ahora no logro comprender—dijo apenada.
— ¡Ja! Estúpida dos ojos, ¿de verdad no sabes? —Levi parecía divertido por las reacciones de Hange.
—No tengo idea de a qué te refieres.
—Estás embarazada.
A Hange le cayó el comentario con un balde de agua fría, aunque segundos después rió un poco.
— ¿Acaso puedes ver a través de mí para saberlo? —preguntó Hange riendo.
—No, pero sé que no has tenido tu periodo desde hace tres meses, además, has tenido demasiado apetito y náuseas—dijo Levi serio, dejándola boquiabierta—. Seguro no lo has notado por lo despistada que eres.
La tristeza que sentía la comandante por la partida de su pareja fue reemplazada por la felicidad de que una nueva vida crecía dentro de ella. Una gran sonrisa apareció en sus labios a la vez que lágrimas de felicidad ahora se deslizaban por su mejilla.
— ¿Ya entiendes bien por qué volveré? —preguntó Levi y ella asintió.
—Sí, lo entiendo perfectamente, enano, aunque me dejarás varios meses sin tu amor en los que podré bañarme cada semana o semana y media.
—Aún eres mi comandante, ordéname que me quede si así lo necesitas—dijo Levi, ignorando lo que había dicho Hange sobre bañarse cada semana o más.
—No puedo abusar de mi poder—Hange llevó una mano al flequillo de Levi y lo retiró de su rostro—. Quiero que estos preciosos ojos grises vean el mundo y que después, veremos juntos.
—Dos oj...
—Levi, no puedo detenerte, eso no va conmigo—interrumpió Hange con voz seria—. Lo único que podría pedirte es que vuelvas algún día.
—Sólo me iré cuatro meses.
— ¿Por qué cuatro meses?
—Tienes tres meses de embarazo, según lo que pude calcular, y muchas veces, según investigaciones que leí en la biblioteca, los bebés a veces nacen a partir de los siete meses. No me perdería por nada el nacimiento de nuestro hijo.
Levi acercó a Hange un poco más hacia él y la besó con dulzura mientras su mano libre iba a posarse en el vientre de su amada y loca comandante.
—Volveré a verte, Hange, tenlo por seguro—dijo él cuando sus labios se separaron.
—Vernos, querrás decir—corrigió ella con un leve sonrojo en las mejillas.
—Tienes razón.
Se dieron un fuerte abrazo antes de que Levi fuera a subirse al carruaje para marcharse por algunos meses. Cuando la comandante vio al amor de su vida alejarse del cuartel, pensó en lo emocionada que estaba por la nueva aventura que ambos empezarían, también en que una pregunta muy simple le había dado como respuesta una de las mejores noticias de su vida.
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Hola, espero que les haya gustado este one-shot LeviHan. Espero estar publicando pronto un drabble LeviHan que tengo guardado. Nos leemos la próxima vez, y gracias por leer :3
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¿Te volveré a ver? | LeviHan
FanfictionLa guerra con Marley ha terminado, Levi quiere explorar el mundo y a Hange la atormenta una pregunta. Los personajes son de Hajime Isayama, el one-shot es mío, prohibidas las adaptaciones. Disfruten de este one-shot del ship de Levi Ackerman y Hange...