Swim to you.

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Unas horas después, la luz de la luna se sustituye por la del sol. 

Agoney abre los ojos, despacio. Asimilando dónde y con quién está. 

Vuelve a cerrarlos. 

Recuerda a Raoul cantando Wolf, su voz y el hormigueo que le había acompañado hasta dormirse. 

Se parece a lo que siente ahora: a la calidez de los rayos de sol sobre los párpados, la calidez de su piel contra la suavidad de la sábana. La calidez de saber que está allí, a tan poca distancia, a un movimiento. Se siente en una burbuja de seguridad.

No ocurre nada malo. Sólo el amanecer y Raoul.

Y quiere prolongarlo. 

Controla su respiración, de repente demasiado ruidosa. Teme despertarle. 

Pero se incorpora. Porque quiere verle dormido, en su cama. 

Tiene la mejilla apoyada en la palma de la mano. 

Así, dormido, parece mucho más joven. Inocente. Su rostro privado del orgullo y la chulería que le caracteriza. 

Agoney está a punto de romper el silencio con su risa al fijarse en el estado deplorable de su tupé. Él odiaría verse así. 

Las mangas de la camiseta de Mickey le llegan casi hasta el codo. El bajo de la camiseta se pierde bajo la sábana, que se arremolina entorno a su cintura. 

Los detalles se entremezclan en sus pensamientos y va creando un pequeño collage con ellos. 

Se levanta. 

La sábana se arremolina entorno a su cintura. 

Forma arrugas que Agoney no puede evitar comparar con las pequeñas ondulaciones de un mar en calma, con sus pliegues y sus crestas diminutas. 

Click, click. 

Una foto tras otra. 

Raoul, en medio de un mar blanco, en medio del oleaje, dormido, en paz. 

Raoul en una cama que se confunde con las olas. 

Olas formadas por sus propias sábanas. 

Click, click. 

Un poco más cerca. 

Sus párpados, cerrados, livianos. 

El pelo cayendo sobre ellos. 

Click, click. 

La sombra de las pestañas en las mejillas. 

El lunar, cerca de la boca. 

Su camiseta, arrugándose contra el colchón. 

Agoney deja la cámara sobre el escritorio. 

Se tumba, agarra su manta. 

Cierra los ojos. 

¿Pero qué acabo de hacer? 

No se arrepiente. 

Si fuera por él, se levantaría y las revelaría. 

Porque sabe que va a revelarlas. 

Se duerme, otra vez. 

Y sueña bonito, muy bonito. Sueña amarillo. 

Pero, a veces, la realidad supera, con creces, los sueños. 

Porque, a lo lejos, una voz le trae de vuelta. 

Speak slowly to me, my dear

And I'll swim to you

Raoul está cantando y está envuelto en una sábana blanca. 

Y está en el mar. 

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Swim to you.- Dotan. 

https://youtu.be/u8dUi33z9kg

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⏰ Última actualización: Sep 12, 2018 ⏰

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