Recuerdos de un mentiroso (Dio x Jonathan)

Cita (parte 1)

Mientras hojeaba, o más bien, destrozaba cada delicada página del libro con el pasar de sus yemas, Dio encontró un papel de apariencia diferente que estaba doblado en diferentes secciones; procedió a desdoblarlo con la mayor delicadeza que pudo, para darse cuenta que en realidad se trataba de un sobre, dentro de él se encontraba una apenas legible carta de amor para Erina; sus recuerdos apenas perpetuaban el día que encontró aquel mensaje, pero tener nuevamente el objeto entre sus manos le hizo sentir la misma ira que experimentó hace tantos años, pero como el agua apaga al fuego, así fue suprimido su sentir al percatarse de que Jonathan jamás había entregado la carta; después de tanto tiempo, Dio había sido quien separó el pegamento del papel, pero ¿Por qué no la entregó? ¿Vergüenza? ¿Habrá escrito otra? O tal vez, desde esos instantes los sentimientos de su hermano apuntaban por otro sendero, ciertamente no lo sabía y prefería no dar muchas vueltas al asunto.

Recogió todos los objetos tirados y continuó avanzando dentro de su morada, el pasillo conectaba con la biblioteca, lugar que también se usaba como depósito de tesoros, de un lado yacían todas las estanterías, y en el otro relucía un brillante color dorado producto de las joyas y reliquias. Observó el contraste de la habitación, dudando en que lugar deberían estar estos antiguos recuerdos. Finalmente optó por el lado de las estanterías, donde podía colocar el balón y los libros en una repisa solitaria; aunque Dio pensase que estos objetos eran equivalentes a tesoros, sabía que la estantería sería el lugar más adecuado.

Su encuentro con las reliquias todavía no cesaba; ahora se le presentó por debajo de sus pies; no sabía en que momento las había dejado ahí, pero allí estaban, crujiendo por su peso sobre ellas, él retiró su pie al percatarse y se posó más cerca del piso para contemplarlas; eran justo como las recordaba, apreció cada detalle de sus viejas estatuillas de madera, algo hinchadas y mugrientas por la humedad, pero no por eso de baja calidad. Levantó una por una, observando como el trazado iba mejorando, producto de años de práctica y una gran motivación: Jonathan, quien adoraba las figurillas, y ciertamente, a Dio le fascina fabricarlas.

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Los rayos de sol colándose por su ventana anunciaba otro glorioso fin de semana, normalmente se encontraría dormido a estas horas, y no se levantaría hasta que el sol estuviera justo encima de su cabeza. Por nada del mundo se despertaría temprano en un sábado, a menos de que hubiera un asunto de suma importancia, justo como sucedía ese día.

Después de una larga planeación, Jonathan y Dio idearon una cita ideal, donde Jojo y Erina podrían sacar a brote todo lo que sentían el uno por el otro, o al menos así lo pensaba Dio, que ha decir verdad, estaba más involucrado y emocionado que el propio enamorado. Jonathan, en cambio, se sentía algo avergonzado por todo el espectáculo que se estaban montando, ya que lo percibía como algo muy aparatoso y falso, pero al ver la ilusión en los ojos de su hermano, no fue capaz de negarle su plan.

Recordar la pintoresca expresión de Dio cuando propuso la idea, causó que Jonathan riera frente al espejo.

Terminó de acomodar su peinado y traje, su atuendo deslumbraba una apariencia de total elegancia, sin embargo, recordó el porqué de su porte y un sonrojo tenue apareció en su cara.

-Realmente voy a tener que hacer tanta cursilería- Pensó para sí mismo. -Supongo que esta idea no puede ser tan mala, Dio ha tenido muchas novias, así que debe tener bastante experiencia. Aunque, el hecho de que todas lo hayan dejado, no es muy reconfortante...

Jonathan se sentó sobre la cama, mientras soltaba un suspiro por el asunto del cual ya no podría escapar. Ahora, solo le quedaba esperar la señal de su hermano para que el plan diera su inicio. Mientras seguía ahí sentado sin nada que hacer, Jonathan comenzó a vagar en sus pensamientos, pensó en temas sin relevancia; ¿Cuándo retomaría aquella novela que leía? ¿Porqué aquella máscara colgada en la pared le intrigaba tanto?