Día 1. Swing's king.

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Alexander había optado por el "clásico".

Imaginando, tras una noche de reflexión, que lo que su amiga había dicho sería solo una forma de mantener su aura de misterio habitual, Alexander había optado por los detalles.

El primer día, fue un disco de música -uno de vinilo, antiguo, de los que a ella le gustaban-. Benny Goodman. Swing. Aquella música que ella calificaba de "divertida" y que tanto le gustaba bailar en cualquier lado.

— ¿Cómo te has acordado?

Aquello fue lo primero que preguntó Haidée al ver el disco sobre su mesa aquella tarde. Su cara se iluminó, estaba radiante.

Una media sonrisa, burlona como de costumbre, fue la primera respuesta que recibió.

— Inspiración divina, nombre misterioso

Y aquella fue la segunda respuesta del castaño, que se echó a reír al instante.

Ella no le acompañó esta vez. Miró al chico con un brillo especial en sus ojos. Parecía, por una vez, dudosa. Pero no preguntó, solo guardó el disco en su bolsa, a buen recaudo y se despidió con su habitual sonrisilla.

— Tengo que ir a ver a Sam

Y aquella fue su despedida.

Alexander, ante esa normalidad, no pudo más que sentirse orgulloso de sí mismo.

Él tenía razón. Ella no iba a irse.

Había ganado.

37 días.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora