CAPITULO 2.

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Estoy cayendo.

No hay nada al rededor, solo hay obscuridad, parece ser que no hay un final, sigo cayendo y solo puedo sentir el palpitar acelerado de mi corazón.

La luz del sol comienza a molestar a través de mis párpados y me obliga a abrir los ojos, intento despegarlos poco a poco y empiezo a discernir una silueta, hago otro esfuerzo mayor y los abro por completo, mi vista aún es borrosa pero logro verlo, despierto y hay un águila un poco más pequeña que del tamaño de un gato convencional, me observa fijamente mientras mueve su cabeza de un lado a otro y de la nada abre las alas de golpe, por acto reflejo lo ahuyentó y éste sale volando dejando un par de plumas caer en la rama dónde estoy sentada, las tomo con sutileza y las guardo en el bolsillo de mis pantalones, comienzo a desentumir mi cuerpo estirandome con sumo cuidado, siento la tensión en todo mi cuerpo pero la ignoro, volteo a ver el cielo, el sol apenas va saliendo y es hermoso, unos tonos naranjas inundan el paisaje lleno de árboles y nieve, luego volteo a ver el nudo que aún me sostiene al árbol para finalmente planear como bajarme de manera exitosa, comienzo guardando las mantas que saque la noche anterior para protejerme del frío en la mochila antes de deshacer el nudo que me ataba al árbol para finalmente bajarme, voy bajando del árbol hasta que noto como un gato salvaje me observa, una evolución de felino debido a las bombas. Parece ser un tigre más pequeño y más delgado, tiene unos dientes más grandes y afilados que una navaja de bolsillo, sé que estás cosas saben escalar y que son muy rápidos, si llegara a enfrentarme cuerpo a cuerpo, es seguro que moriré, mi pulso está a mil por segundo y creo que he dejado de respirar, simplemente estoy petrificada a mitad de camino para llegar al suelo, reacciono al ver al felino aquel girar su cabeza gracias a un sonido proviniente del lado opuesto a donde yo me encuentro, solo lo observo salir corriendo hacia aquel sonido y aprovecho para terminar de bajar y empezar a caminar fuera del bosque en dirección a aquel humo extraño que ví anoche, solo espero encontrar algo para poder pasar la noche, un problema sería toparme con otra persona, gracias a la falta de comida las personas sobrevivientes de seguro  han tenido que acudir a actos violentos para conseguir comida, y la verdad mi plan no es matar a alguien o que me maten, de igual manera cualquier bestia como aquella acabaría con mi vida en cuestión de segundos, me limitó a seguir avanzando con precaución por el helado bosque, todos mis sentidos están alerta y mis músculos tensionados por completo, cada pequeño ruido proviniente del bosque dispara mi pulso a una velocidad infernal y mi respiración igual, continuó así por un largo rato topandome de vez en cuando con algunos animales pequeños, no me detengo a ver qué son o si son inofensivos, simplemente avanzó lo más rápido y en silencio que puedo.

No sé qué hora pueda ser, tiene mucho que no salía al mundo exterior, hace demasiado que el tiempo es irrelevante para mi pero ahora parece ir todo muy rápido, siempre estaba metida en mi "guarida" sin hacer nadamas que escribir cosas en hojas de papel, mismas que luego intentaba tirar y atinar a distancia en un cesto y ahora simplemente no tengo idea de que hacer, solo pienso en caminar y caminar hasta encontrar otro sitio parecido al anterior en donde pueda quedarme, o tal vez no tan parecido, después de todo no es divertido ni agradable estar sola tanto tiempo sin nada que hacer y además con escasa comida y agua, cada día era una tortura recordar mi vida anterior, mis padres, mi escuela, mis amigos, mis tonterías diarias que tanto me hacían reír, era feliz y no sabía que iba a llegar el día en que todo acabaría, pase casi todas las noches en aquel contenedor llorando por todo lo perdido y principalmente por mis padres, todo se volvió diferente de la noche a la mañana y me quedé sin nada, incluso las ganas de vivir se habían ido, pero ahora... aquí afuera al menos me vuelvo a sentir viva, me hago consciente de que el mundo sigue aquí y yo también, todo a cambiado pero... aquí estoy y tengo que seguir aquí.

Es gracioso ver como todo cambia de la nada, nadie tiene la vida comprada y al final todo acaba, todo se va, es tan fácil desaparecer, en un segundo eres feliz y al otro todo se vuelve tragedia, es cierto que ahora mi vida ya no es la misma pero sigo viva y de alguna manera me consuela, tanto tiempo encerrada me hizo olvidar cómo era ver un amanecer y hoy volver a vivirlo me dio un aliento para seguir avanzando.

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⏰ Última actualización: Aug 07, 2022 ⏰

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