El Secreto de Louis Tomlinson (M-PREG) Larry Stylinson

Capítulo 17: Resaca

Los rayos de sol se colaban entre las cortinas de la habitación iluminándola. Harry se encontraba en ese punto intermedio en el que no podía distinguir si estaba despierto o si aún seguía soñando. Lo único que tenía claro era que aquella luz le molestaba en exceso. Poco a poco fue entreabriendo sus ojos pero en seguida los cerró de nuevo. ¡Maldito sol!

Se levantó de la cama con la intención de bajar la persiana y seguir durmiendo, pero entonces sintió un horrible dolor de cabeza. Conocía perfectamente ese mareo y esas náuseas que sentía. Aunque en ese momento su mente estaba en blanco sabía que la noche anterior debía de haber bebido mucho, porque tenía una horrible resaca. Las náuseas se hicieron más fuertes y, como ya era habitual, tuvo que ir al baño a vaciar su estómago en él.

Vomitó hasta que no le quedaba nada dentro y después se levantó y fue al lavabo para enjuagarse la boca. Al verse en el espejo se percató de algo de lo que no se había dado cuenta: estaba desnudo. Sus ojos se abrieron de par en par y se enjuagó la boca rápidamente rogando al cielo porque no hubiera una chica desnuda tumbada en su cama.

Su mayor sorpresa fue cuando regresó a su habitación y al mirar hacia su cama no se encontró a ninguna chica, sino a su compañero de equipo. Louis dormía plácidamente tapado con el edredón de plumas blanco. Su pecho estaba al descubierto y en su cuello se podían ver perfectamente marcas de chupetones. El pelo lo tenía alborotado y los labios ligeramente hinchados. Harry se llevó una mano a la boca al ver aquello.

¡No podía ser cierto! Él no podía haberse acostado con Louis, definitivamente no. Se sentó en la cama con cuidado intentando recordar, pero sus recuerdos se difuminaban. Había ido con el ojiazul al baile de primavera y habían estado bailando y bebiendo tequila pero... ¿En qué momento habían ido a su departamento? ¿Que había echo con la moto? ¿Acaso ellos habían...?

La cabeza de Harry estaba a punto de estallar con todas aquellas preguntas y simplemente se giró para mirar la expresión tranquila de Louis mientras dormía. Se veía tan precioso... Jamás habría podido imaginar que le tendría durmiendo a su lado en su cama, y desnudo. Pero a pesar de lo que sentía al tenerle allí, el chico de rizos tenía una horrible sensación en la garganta, y no sólo porque acababa de vomitar.

Era obvio lo que había ocurrido sobre aquella cama unas horas atrás, y a Harry le frustraba y le dolía no poder acordarse de nada por más que lo intentara. Había pasado la noche junto al chico que le robaba los suspiros la mayor parte del tiempo, el chico al que amaba en secreto... Y no era capaz de recordar nada.

Apretó las sábanas con frustración y decidió ponerse algo de ropa para ir a comer algo, se moría de hambre. Cogió unos boxers del cajón y unos pantalones de deporte grises que encontró tirados sobre la silla. Su habitación era un completo desastre pero en esos monentos era lo que menos le importaba. Una vez que estuvo vestido salió de la habitación sin hacer ruido para no despertar a Louis y bajó por las escaleras a la planta de abajo.

Le encantaba aquel apartamento porque a pesar der ser un ático tenía dos plantas y era muy espacioso. Caminando descalzo fue hacia la cocina y, al entrar, se encontró a Liam sentado en un taburete alto mientras bebía de una taza de batman. El chico le miró sin decir nada mientras Harry abría la nevera y sacaba un brick de zumo de naranja.

-Vaya fiesta tuviste anoche, ¿eh? -comentó Liam tras unos minutos de silencio-. Creo que se os oía a tres manzanas de aquí.

Harry le miró extrañado y frunció el ceño mientras le pegaba un trago al zumo directamente del envase.

-¿De qué hablas? -preguntó.

-No te hagas el tonto, duermo en la habitación de al lado. Sé que anoche te trajiste a una chica a casa y que no me dejabais dormir con tanto golpe de la cama contra la pared -el castaño habló con naturalidad mientras seguía desayunando.