Epílogo

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Como cuando nace la primavera, derritiendo la fría nieve de invierno, calentando nuestros corazones al paso en que las flores crecen y a su vez, un sentimiento de familiaridad reluce en medio de nuestros pechos. El olor de las flores inunda el aire al salir a caminar y de esa forma llenan nuestros pulmones cuando respiramos pesadamente, tratando de vivir lo máximo que podemos. Como cuando dejas de sentirte solo en una habitación llena de gente, para comenzar a sentirte completo en una habitación vacía. Como cuando no te molesta dejar de sentir el viento con tus manos, porque alguien más las está agarrando. Como cuando tus pensamientos, a pesar de a veces ser turbios, pueden ser tranquilizantes porque sabes que todo va a estar bien.

Así se sentía la vida ahora.

Y a pesar de que no tenía la plenitud que a veces me encontraba buscando, la libertad de tocar y besar al chico que amo, en público, la vida abría sus brazos a mí, recibiéndome paso a paso, con un futuro prometedor.

Las metas en mi cabeza estaban incluso más claras y ya no me angustiaba tanto por el peso ficticio de la "fama". Porque esas cosas eran innecesarias.

Y sí, no podía besar a Jin en público, una pequeña desventaja que me había dejado acojonado en más de una ocasión. Pero para mí inocente sorpresa, podía hablar. Y podía gritar, podía decir lo que pensaba. Porque tenía una voz. Porque aún la tengo.

El tiempo se había encargado de hacernos un bien, no solo a mí y a mi novio, sino también a nuestros compañeros, los cuales tenían una calidez renovada después de superar ciertos demonios, tanto como grupo, como individualmente. Algunos habían dejado en claro que lo suyo, no era como lo que teníamos el mayor y yo, sino que preferían mantenerse al margen, porque las complicaciones no era lo que necesitaban sus corazones, y mucho menos cuando estaban involucrados más de dos de estos. Otros estaban felices simplemente compartiendo tiempo juntos, aunque todos podíamos notar como de ahí florecía algo con el paso de los días, y esa sola mirada unidireccional que denotaba admiración, fue después de un rato correspondida por el otro.

Así que reinaba la tranquilidad. No solo en los dormitorios ni en la agencia. Se podían ver en las caras de todos nosotros. Estábamos bien. Y estaríamos bien.

Con una gira a la vuelta de la esquina, y corazones anhelantes solo podíamos respirar y estar preparados para cualquier cosa que se pueda avecinar.

Estaríamos lejos de casa por un tiempo, así que debíamos estar abiertos.

Suspiré mirando a la ventana del hotel. Cada uno tenía su habitación, lo que no evitaba que me sintiese un poco aburrido cuando terminaba de hacer las cosas pendientes y no tenía la inspiración para escribir.

Alguien carraspeo a mis espaldas y no tuve que voltear para saber quién era.

De todas formas, era la única persona que podía entrar a mi habitación, ya que la llave de esta se la había dado discretamente en el almuerzo.

La última vez Bang Sihyuk se había quejado molesto refunfuñando de un lado al otro "No sé porqué me hacen gastar dinero en habitaciones para los siete y terminan usando la mitad". Así que decidimos hacer los encuentros más personales, sin mucho revuelo.

-¿Aburrido Kim Namjoon? –preguntó el ahora pelinegro a mi espalda. Voltee, acercándome a él y tomándolo desde las piernas para luego aventarlo sobre la cama, provocando un risa de sorpresa por parte de él.

-Un poco, Kim Seokjin –dije posicionándome encima de su cuerpo, de forma que se rozaran los puntos estratégicos. -¿Quieres ayudar con eso?

-Estaba pensando encender un rato el vlive antes de dormir –dijo poniendo sus manos alrededor de mi cuello, acercándome más a él.

-Podemos prenderlo, si todavía gustas –dije yo mirándolo fijamente, jugueteando mientras mis manos recorrían sus costados. –Estoy muy seguro de que a las fans les encantaría el espectáculo.

Sentí un golpe en mi cabeza de parte del chico al que aprisionaba con mis caderas.

-Sucio –susurró él, pero después de unos segundos se estaba mordiendo los labios descaradamente.

-Me dices sucio, pero deberías ver cómo me miras –dije divertido. -Me siento violado.

Él puso los ojos en blanco y bufó.

-Solo bésame –dijo empujando mi nuca para unir nuestros labios en un fogoso beso que cambió el ambiente divertido de la habitación por uno caliente y prometedor, que no hizo crecer expectativas en vano.

Si, en esto se había convertido mi vida.

Tenía que admitir que no estaba mal.

Mucho menos ahora. Parado frente a miles de personas, gritando en euforia. Las personas que más he querido en la vida están conmigo en el escenario.

Y es imposible, que no se sienta que todo esto estuvo hecho para ser. Desde el mismísimo principio en que la luz de ese bombillo en mi cerebro me hizo saber que lo que quería era rapear. O cuando le hizo saber lo mismo a Yoongi, o cuando le hizo saber a Hoseok que quería bailar, o a Jimin, Jungkook y Taehyung que querían cantar.

Poniéndome a pensar, a veces creía que la bombilla del cerebro de Seokjin le había hecho pensar "quiero ser hermoso", porque habría cumplido totalmente su cometido. Después lo escuchaba cantar, llegando a notas que hace años no podía alcanzar y pienso que su bombillo iluminó su voz. Cuando lo veo actuar pasa igual.

Pero en realidad me doy cuenta, al final, que Seokjin no necesitó nunca un bombillo que le dijera lo que quería ser. Su talento a lograr lo que se propone es innato.

Porque su destino, era ser amado.

Por miles de personas. Y por él mismo, claramente.

O incluso tan solo por mí, su humilde servidor.

Pero siempre amado.

O haciendo que la gente se ame a sí misma. Una magia que pocos pueden lograr.

Tal vez lo digo porque estoy enamorado. Al final el público a mi alrededor no lo saben, y posiblemente lo vean diferente a mí.

Que les puedo decir...

Les hablo por como lo veo desde mis ojos.

Les hablo por como lo veo desde mis ojos

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Fin

From Namjoon's Eyes✿ [Namjin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora