capítulo 2

14 0 0
                                    


Entrar al bosque es peligroso ¿No te lo habían dicho?

Las tardes pasan lento, algo aburridas Alice camina frustrada en su habitación el echo de tener que pasar una sola hora más encerrada en su casa le saca de quicio, quizá de uno muy peligroso pues ella bien sabía que no era bueno que estuviese enojada.

Tomo sus cosas y sin más que decirle a su madre que volvería en un par de horas se fue, camino alejándose de las calles céntricas al ser un pueblo pequeño podías llegar rápido a cualquier lugar, poco a poco las casa se fueron desvaneciendo una cada cierto tramo, siguió caminado para llegar a su lugar favorito en aquel pueblo, salió del camino y cruzó una pequeña loma los árboles ahora eran más altos y frondosos, llegó a unas viejas vías del tren que ya no se usaban paso de ellas y siguió. Ahora se sentía mejor aún eran las cuatro de la tarde y le sobraba tiempo para regresar.
Llegó al fin al tan ansiado lugar, un tronco de madera perfectamente moldeado como un trono le esperaba, había encontrado aquel lugar hace ya mucho tiempo cuando era apenas una niña, el día se encontraba lluvioso y no sabía como había llegado allí, simplemente camino y camino hasta no dar más su ropa ya empapada le causaba frío y vio en un árbol se encontraba un agujero donde entraba perfectamente al paso del tiempo lo fue agrandando y dando forma como la artista que se consideraba, le gustaba pensar que aquel árbol no moría porque ella es la parte faltante y estando ahí sentía que tenía un lugar.

Saco su cuaderno de dibujos y comenzó a retratar a personas, rostros que pasaban por su mente como imágenes que no debían ser olvidadas pero al mismo tiempo no existían para nadie, sólo para ella.

El sol empieza a descender y extinguirse tras las montañas, Alice está tan sumida en su trabajo que no se ha dado cuenta de ello, pero algo le saca de ese trance, unos gritos.

Su pecho se contrae y el temor le impide moverse incluso respirar, los gritos son entrecortadas súplicas de piedad, por la voz sabe que es una chica y no cualquiera, sabía que aquella era la voz de Mabel, su mejor amiga.
Hacia días que no había sabido nada de ella, por alguna razón se habían alejado de una forma tan abrupta que Alice pensó que simplemente debía estar preparando cosas para el nuevo año escolar.
Los gritos se escuchaban desgarradores, oía las palabras de su amiga ahogarse en un mar de lágrimas, cuanto no quería ella salir he impedirlo, pero el miedo y el pánico a sufrir por lo mismo que Mabel no dejó que moviera sus piernas, hacia lo posible por cubrir su boca pues le dolía no poder hacer nada.
Sabía que todo ello se realizaba a escasos metros, pues se escuchaba todo. Los sollozos, la falta de aire, el hecho de tratar de escapar, las pisadas de alguien más, y entonces sucedió tan rápido que no le dio tiempo a digerirlo, el filo de una daga cruzando el corazón de su mejor amiga, acallando los gritos, ahora todo en silencio.

Se removió rápido en su lugar buscando algún sitio por el cual ver, con su lapicero clavo en un lugar del tronco que parecía delgado y logró habrir un pequeño y deforme agujero puso rápido su ojo contra el, no podía creer que su mejor amiga desde los 14 años estuviera ahora tirada ahí, pero no veía señales del asesino, pensó que jamás lo sabría pero se equivocó. El susodicho aprecio, encapuchado de negro y un pañuelo cubriendo su boca, se agachó un poco y quito algunos mechones ensangrentados de la cara de Mabel, saco su navaja y empezó a cortarla como si se tratara de algún experimento de biología, Alice no podía dar crédito a lo que veía pero se concentró en la cadena que colgaba del cuello del asesino, un crucifijo plomo al igual que la cadena brillaba por los escasos rayos del sol, no soporto ver más, pensó en anotar todo lo que pasó, como se lo diría a la policía, se lo diría primero a los padres de Mabel, debía contarlo a los suyos? O ¿Era mejor callarse?.

La duda se resolvió rápido al escuchar  Las palabras del asesino que pareció haber tomado el teléfono de su amiga para realizar una llamada

«si? Buenas tardes, quiero reportar un asesinato»

La voz se oía tenebrosa, fingida.
¿Es que acaso se iba a entregar?

«no lo sé, no. No. Esta muerta. ¿Quien la mató?. Adiós. Buenas tardes.»

Y así sin más echo a correr y Alice después de unos minutos también.

Llegó a su casa agitada, cubierta en sudor, se dio una ducha y se cambió de ropa. Mientras bajaba las escaleras alguien tocó a la puerta.

—Yo abriré — aviso

Tras ella su nuevo vecino, con una sonrisa ladina le dio las buenas noches.

—Hola Blake

—Hola, vine a traer las tijeras de podar que tu padre nos prestó está mañana —explico mientras se las pasaba

—Está bien, se lo diré.

—Adiós

—adiós —se despidió Alice pero no pudo evitar ver una cadena plateada en el cuello Blake que se ocultaba tras su polera blanca y un abrigo azul marino, era demasiado desconfiar de él, pero no lo conocía y sólo tenía una pista.


——————————————————

   Hola,
lamentó el retraso en la historia pero está de vuelta, ¿Que les pareció el capítulo?

No olvides que puedes buscarme en Instagram como:

@_no.sarcastic

Pequeño adelanto

Las cosas se ponen difíciles y Alice no sabe en quien confiar, la policía lo sabe, el pueblo lo sabe, sus padres lo saben pero ella no tiene ni idea de la muerte de Mabel.

————————
—————

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 16, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El Infierno DaggerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora