✧; Único.

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TaeHyung despertó y fue acogido por la débil oscuridad. Podía discernir un suave tono amarillo pálido filtrar sus cortinas de animalitos. La cómoda cama lo provocaba a volver a sumergirse a un dulce sueño, pero ya que su cabeza operaba como un reloj, supo que no era el momento.
Recordó que día era y se regocijó, no había podido dormir bien por la adrenalina, incluso se había levantado varias veces en la noche para beber agua, revisar el calendario, observar desde su ventana las estrellas e ir y venir desde la cocina.

Con desgano se sentó a la orilla de la cama y agitó su cabello con una mano. Buscó velozmente con la mirada el calendario que permanecía pegado e intacto en la pared y sonrió.
Para TaeHyung no era un día más, era otra oportunidad para demostrarle a su pareja cuanto lo amaba y cuan hechos estaban el uno para el otro. Revoloteó sus pestañas sintiendo su corazón extraño; una sensación cálida y amorosa se expandió desde el centro de su pecho hacia todos lados. Como un salpicado de pintura sobre tela; se sentía vivo, agradecido y sobretodo amado.

Salió de la cama para desperezarse y comprobar su celular, tenía un par de mensajes del trabajo, otro par de sus amigos, algunas notificaciones de las redes sociales, entre otros. Respondió lo pendiente y se apresuró al baño para iniciar su día.

En cuanto se deshizo de las prendas e ingresó a la ducha, su mente viajó al día dorado —bautizado así por sí mismo— día en el que sintió su corazón dar un vuelco, sus sentidos nublarse y convertir las horas más incómodas.

El día en que conoció a Jeon JungKook.

Admite que sus sonrisas, su amabilidad, bondad y corazón lo atraparon desde el primer instante. Hasta admite haber cometido locuras, como subir a árboles para espiarlo, escaparse de casa cuando el menor jugaba con sus amigos, pedirle a JiMin que fuese su mensajero, entre otras.

Su mejor amigo lo llamó el efecto Jeon.

Y aunque fueron disparates, hoy él pueden decir que todo eso valió la pena. Porque justamente gracias a Park tuvo el coraje y valentía para pedirle una cita; cita que nunca esperó que el menor correspondiera. No con su enorme sonrisa, mejillas ruborizadas y ojos medialuna.

Rió divertido al salir ya duchado, con una toalla enredada en su cadera, para ser bombardeado con más recuerdos.

Su primera y demás graciosas citas.
En donde JungKook le pidió azúcar y le entregó la sal, o cuando el menor pidió usar el baño y quedó encerrado, cuando el perro de TaeHyung hizo sus necesidades en su abrigo, cuando tropezó y cayó sobre él sin quererlo.

En el momento que cayó sobre él.
Cuando sus ojos se expandieron al tenerlo tan cerca, sus mejillas se pintaron de carmesí, sus labios balbuceaban disculpas y su corazón latía desesperado, tanto que podía escucharlo como un tambor retumbar en sus oídos.

Memorias muy preciadas para ambos.

Y es que la forma en que TaeHyung ama a JungKook es tierna y sin pedir nada a cambio. Y la forma de amar de JungKook a TaeHyung es única y sincera.
Ambos se complementan de forma especial y, aunque tienen sus altibajos, saben como solucionar todo al final.

Rebuscando en su armario, encontró la preciada caja de los recuerdos. Aquella que contenía cada parte de su linda historia juntos; fotos, videos, flores ya marchitas, tickets, cartas y corazones de papel, un poco arrugados, pero hechos con mucho amor.

Volvió a dejarla en su lugar y eligió un elegante traje negro; atuendo especial para un día especial.


Si había algo subrayado en la relación de Kim y Jeon era que sus citas se llevaban a cabo en la morada del primero. TaeHyung no sabía explicarlo, pero siempre afirmaba que lo hacían allí por ser un lugar nostálgicamente mágico. Uno que fue testigo de su historia y amor.

Efecto Jeon. [Vkook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora