Dulce secreto

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Hola, antes que nada una disculpa por la mala edicion de este capitulo. Lo tuve que re editar si les gusta esta historia háganme lo saber atraves de una estrellita o algun comentario, sin mas disfruten nuevamente esta historia BBRae.

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Un delicioso aroma invadía la cocina. El olor era suave y solo indicaba que pronto se podría degustar aquel delicioso manjar. 

Rachel se encontraba concentrada en su labor; los movimientos de sus brazos, blancos y gráciles, componían una hermosa danza, por lo que no se percató de la intromisión de dos pequeños.

Spencer un pequeño niño de 9 años de piel blanca, su pelo negro azulado contrastaba con sus orbes amatistas heredadas por su madre y la pequeña Nora; una nena de 5 años, su piel trigueña combinaba con sus dos esmeraldas.

Era una extraña combinación ya que su cabellera era obscura con tintes violetas.

- Niños, cámbiense de ropa y lávense las manos. La comida estará lista en 10 minutos – decía al tiempo que ponía más queso a la lasaña.

- ¿Por qué nunca me dijiste la verdad? – cuestiono el pequeño Spencer desde el arco de la cocina.

- ¿A qué te refieres?- cuando se giró la mujer, solo pudo ver un ojo morado en la cara del pequeño – ¡Oh dioses! ¿Qué te ha sucedido Spencer?

- ¿Eso dímelo tú madre? – le dolió oír esas palabras en ese tono.

- Mami – la pequeña Nora se lanzo a los brazos de su joven madre – unos niños le dijeron que papá Gar no es su papá, ¿verdad que aquellos niños dicen mentiras?, mi hermano es hijo tuyo y de mi papi.

- Oh! Ya veo – contesto derrotada. El día llego, solo que no fue como ellos lo habían esperado – Spence, cariño ¿dime qué fue lo que sucedió?

- Unos... – apretó sus puños y sus dos amatistas se aguaron, el corazón de Rachel se estrujo y tuvo que contener el llanto, sabía que era difícil explicarlo todo. El niño solo tomo una bocanada de aire y continuo tranquilamente, tal como lo hubiera hecho su verdadero padre – unos niños estaban molestando a Nora, le decían que yo no era su hermano y que mi padre no es mi padre biológico. ¿Dime que eso no es cierto? ¿Dime que mienten?

- Spence...cariño.... – un poderoso nudo se posó en su garganta y no pudo continuar, intento acercarse a él para abrazarlo, pero simplemente esquivo su toque.

- ¡No me toques mentirosa! – le grito el pequeño, para luego salir despavorido hacia su habitación.

- Mami, ¿Por qué lloras? – la pequeña manita enjugaba una lagrima que bajaba velozmente por su mejilla – no llores mami, cuando llegue mi papi, le dicen a mi hermano que esos niños mienten.

- Ve a tu habitación cariño – fue lo único que le pudo decir.

- Si mami – un beso inocente en el lugar por donde resbalaba la lagrima hace un momento, y sin más se fue con su hermano.

Rachel tomo el teléfono, sus manos temblaban y no sabía si podría articular alguna palabra.

5 minutos después.

Marco el número de la clínica veterinaria en donde trabajaba su esposo, reconoció la voz de la alegre recepcionista que tomo la llamada.

- Veterinaria "Salvando Colitas" – le recito la alegre voz al otro lado del auricular – Le atiende Kori ¿En qué puedo ayudarle?

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