☣ 𝙉𝙚𝙤 𝙜𝙤𝙩 𝙢𝙮 𝙗𝙖𝙘𝙠 ☣ | ɴᴄᴛ × ᴄʜᴇɴʟᴇ

𝙂𝙚𝙩 𝙮𝙤𝙪𝙧 𝙛𝙧𝙚𝙖𝙠 𝙤𝙣

     Narra Chenle:

Al fin había acabado los deberes. Por fin era libre, o eso pensaba cerrando el libro de forma brusca y corriendo a por las llaves.

—¿A dónde crees que vas, jovencito?

—Ya he terminado los deberes.

—No te he preguntado eso.

Suspiré, quería mucho a mi madre, pero momentos como ese no me importaba estar huérfano o abandonado. Sé que quiere protegerme, pero se pasaba de estricta.

—Voy con Jisung a pasear solamente.

—¿Hacia dónde? —preguntó apoyándose contra la pared y cruzando sus brazos.

—Te he dicho que a pasear, no lo sé...

—Sabes lo que está pasando últimamente y de lo que hablamos hace poco — Me miró de forma seria.

Asentí cansado. ¡No soy un bebé!, yo quiero salir fuera cuando quiera, puedo cuidarme de mí mismo.

—Mamá, ¿por qué no me dejas al menos salir y más tiempo en vez de sobre protegerme y que cuando tenga que irme de casa ya esté algo acostumbrado?

—Pero sabes que estamos en pleno invierno y anochece antes. Puede haber de todo... ¿O me vas a decir que no vistes las noticias conmigo de que hay mucho peligro y más en estas horas?

—Sí, lo sé... Drogatas, ladrones, violadores, asesinos... Soy un chico, no me va a pasar nada.

Mi madre rodó los ojos y se me acercó.

—Eso no te quita que se aprovechen de ti igualmente. Después de todo eres un jovencito delicado, seguro que no les debe importar mucho que no seas chica.

—Mamá, voy con Jisung y él mide casi 1.80. Él me protegerá a mí y yo a él.

—¿Esa seta estirada y delgaducha te va a defender? No me hagas reír... — No sabría decir qué fue lo que me gustó menos, que fuera sarcástica en sí, o que hablara así de Jisung.

—Vale, mamá. Llamaré a Jisung...

Me dirigí a mi cuarto cabizbajo y me senté en la cama para telefonearlo.

—¿Sí? — Una voz de puberto hormonado salvaje apareció.

—Hola Jisung... Verás... Mi madre me ha hablado y... Me ha convencido de que me quede en casa, y será lo mejor para ti también...

Me empezó a preguntar cuando vi de nuevo a mi progenitora acercándose con una cara comprensiva para marcharse después de darme un abrazo. Sabía que ella lo hacía porque quería que estuviera bien pero...

—Jisung, ¿me oyes? — Asintió—. Pues cambio de planes; espérame debajo de mi ventana. Voy a bajar por ahí.

—¿¡Estás loco?! ¡¡Así no va a hacer falta ningún psicópata si tú mismo te vas a matar, memo!!

—Oye, un poco de respeto, ¿no? Y sí, si tengo dificultades para bajar me ayudas, ¿vale? Chao, nos vemos pronto.

Me iba a fugar, estaba claro. Cogí una mochila y metí unas llaves que tenía escondidas, un clip; porque nunca sabes cuándo lo vas a necesitar, algunos ahorros y obviamente mi móvil y algún cargador portátil. Me abrigué, coloqué mi mochila, me asomé y en efecto; ahí estaba mi champiñón favorito.

Coloqué un pie, juraría que estaba temblando, puse el otro y bajé hasta el balcón del vecino saltando. Creo que no fue una buena idea, pero ahora no podría dejarla.