¿Secuestró?

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Era una tardé fría, un 23 de Abril, aquella chica caminaba a su casa, después de salir de la biblioteca, ella es el orgullo de su familia, la chica ejemplar, la estudiosa, la de mejores calificaciones, hermosa, muchos simplemente la describían con una sola palabra "Perfección".
Ella era todo menos eso, esa chica que era el orgullo de su familia, siempre estaba vacía por dentro, estaba "sola" y, no por que nadie no la escuchara o apoyara, si no por que todos escuchaban de ella lo que querían escuchar, pero jamas le prestaban atención de verdad, ella quería gritar todo lo que guardaba dentro, pero simplemente su círculo social se lo impedía.
Ella se siente tan asfixiada, tan apagada, tan extraviada... De nada le sirve que todo mundo la "conozca", si no puede expresarse con libertad, para todos ella siempre sera Nathaly Copper, la chica perfecta...

Aquel hombre de mirada fría y oscura, caminaba a paso lento pero firme detrás de la chica, con sus manos en los bolsillos de su gabardina, un sombrero que le cubría un poco el rostro, su única intención en el mundo era tenerla a ella, pero aun no de manera sexual, sus planes eran otros, sobre aquella mirada seria se escondían unos pensamiento que si un profesional los supiera, de loco no lo bajarían.
A aquel hombre nadie lo conocía... Bueno no lo conocían por su verdadero nombre, la prensa, los noticieros y la policía lo conocían como "El retratador".
La policía poco sabia de él, su modus operandi era el mismo siempre, pero su precisión era impresionante, jamás dejaba una sola huella, o algo que pudiera llevarlos hasta el.
Anthony Labres un hombre que ha sufrido demasiado, su vida no es color de rosa, en cambio es oscura, negra, lúgubre, simplemente la más difícil.

La chica seguía su camino a casa, mientras sus pensamientos se encontraban en el importante examen de literatura inglesa que tenía al día de siguiente.
Faltando solo dos cuadras para llegar a su casa, al doblar la esquina sintió una mano cubrir su rostro y la otra tomar con firmeza su cintura.
Forcejeo un poco, pero era inútil, él era demaciado fuerte como para poder siquiera salir corriendo, sus ojos se cerraron quedando inconsciente.

Aquel hombre la cargó en su hombro, como si de un saco de papas se tratase, se perdió entre la penumbra de la noche que se estaba haciendo presenté.
No paso mucho tiempo cuando aquel hombre se encontraba en aquel edificio desgastado y viejo, donde el vivía, dejo a la chica en la única cama con la que  aquel departamento contaba, la acomodo con delicadeza, pasó su mano en forma de caricia por su mejilla, se levantó y salió, cerrando la puerta, se sentó en el sofá y miro un punto fijó...

Exactamente pasaron dos horas, la chica despertó desorientada, llevo su mano a su cabeza cerrando sus ojos unos segundos, los volvió a abrir y se levantó, miro el lugar con detenimiento y su pulsó se aceleró, camino a la puerta y la abrió, miro al hombre en el sofá —¿Quien es usted?, ¿qué hago aquí? -Susurro la ojiazul, acercándose con un poco de temor hasta aquel hombre.

Él hombre se dedico a verla caminar hasta él, cuando ella estuvo a una distancia mínima, se levantó y acarició su rostro —Soy alguien que necesita tú ayuda, pequeña, estas aquí para que hagas lo que yo te diga -Una sonrisa se formo en su rostro y dejo la mejilla de la chica.

Ella solo se dedico a escucharlo, sintió la frialdad de la mano de aquel hombre, cerro sus ojos, mientras su corazón latía a una velocidad poco común —¿En qué quiere mi ayuda?, ¿esto es un secuestro? -Susurra con la voz temblorosa, abre los ojos una vez que ya no siente la mano del hombre.

¿Un viajé sin retornó?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora