Algunas personas están destinadas a encontrar el amor de sus vidas, otros se conforman con los amores pasajeros y algunos pocos disfrutan de la soledad.
Realmente el no disfrutaba de estar con personas, pero tampoco es que disfrutara de estar solo. El era bastante retraído, prefería estar escuchando música en su cuarto, que estar en alguna discoteca perreando.
Intentaba cambiar y hacer amigos,pero cuando lo hacia,sentía como susurraban a sus espaldas, se sentía solo y estúpido, primero por haber pensado que podría tener amigos de verdad,pero las palabras eran lo que mas lo lastimaban,no era nada bueno para el lo que escuchaba sobre si mismo,no confiaba ni en su sombra.
Llega a casa y se mira al espejo,le provoca llorar por lo que ve en el reflejo,se pregunta así mismo
- ¿En qué me he convertido? -Nadie responde, solo silencio - ¿Quien soy? - Una pequeña lágrima corre por sus mejillas - ¿Por qué sigo acá?
El chico siguió llorando,la respuestas de su mente le torturaban,quería acabar con su vida,no le gustaba que la gente se burla de el por tener sobrepeso,tenia que aceptar comentarios como: "Te veo más gordo que la última vez" , "Deberías hacer dieta", "Deja de comer tanto", estas personas que dicen esos comentarios tan ridículos deberían saber que hacen daño,y que quizás esa persona ala que llamas "gordo" ha intentado cualquier cosa para no serlo,para ser aceptado por la sociedad.
Se mira por última vez en el espejo, se imagina como pudo haber sido todo,se asegura así mismo que con unos kilos menos, todos le amarían,pero en ese reflejo que ve,solo hay un desconocido,no quería ser como los demás,no quería tratar mal a l¡quien fuera diferente,entonces... Tendría que seguir siendo el,convivir con el mismo,y aceptarse,dejar que la sociedad piense lo que quiera,y quizás algún día lo aceptarían.