Mi vida, Mis errores

Accidente

No sé ni como empezar a explicar lo sucedido, pero vamos ahí.

Después de llegar a casa de Fabiola, ya que sus padres estaban de viaje, recibimos una llamada de Michael, por un momento pensé que era para traernos más droga hasta que escuchamos su llanto, en ese momento mi mundo se cayó.

Lo único que Michael nos dijo fue que llegáramos al hospital Central porque Fabian había tenido un accidente y estaba en estado muy crítico.

Yo fui la primera en salir sin esperar a nadie.

Mi mejor amigo, hermano y media mitad estaba en estado sumamente crítico, tirado en una cama, yo no podía aun creerlo hasta que vi a sus padres tirados en el suelo llorando.

No puedo dar ni dos pasos cuando caigo al suelo a llorar porque escucho a Ruth, la madre de Fabian, decir

- "Nuestro hijo se nos fue Roberth" en medio de tanto llanto.

Mi alma está destrozada, nunca imagine sentir un dolor tan grande como la pérdida de un ser tan querido, ni con el abandone de mi padre sentí tanto dolor. El único hombre que no me había fallado y no me fallaría fue arrancando de mi vida de la peor manera, todo por el estúpido alcohol y las drogas, en que carajos pensábamos Dios, si tan solo lo hubiera parado cuando lo vi mal.

Siento que toda la culpa recae en mi porque yo lo sabía.

- "Por favor Ruth, tranquilízate eso no te hace bien" escucho al padre de Fabian decir a lo lejos.

Siento como unos brazos me rodean, pero aun así no dejo de llorar

- " Tranquila Nayra, a él no le gustaría que estuviera así" me dice Michael mientras aumenta la presión del abrazo.

- "No puedo, es mi culpa, todo es mi culpa"

- "Mírame" me dice, pero no le hago caso "que me mires pequeña por favor" en ese momento le hago caso porque así me decía Fabian "quiero que entiendas que esto no es culpa de nadie sino de las decisiones incorrectas que hacemos"

-  "Pero yo pude haberlo evitado, no le hubiera dejado tomar más"

- "Yo también pude haberlo hecho, pero nadie pensó que esto podía pasar"

- "Lo odio tanto, se fue y me dejo aquí sufriendo"

Nos quedamos abrazados hasta que me quede dormida de tanto llorar. A pesar de ser un imbécil fue mi mayor consuelo en esa sala de hospital.