EL.
La habitación está sumida en un gran silencio, este cuarto de hotel en especial, la cama me observa como diciéndome: "ven conmigo" pero esta noche en especial no la utilizare para dormir, no es más que una fachada y apenas son las doce con cuarenta de la noche.
La luz de luna se cuela por el ventanal sin importarle la cortina, esta noche brilla con misteriosa luminosidad, la noche es fría pero yo tengo calor me quito la chaqueta para refrescarme un poco.
Abajo las calles lucían vacías pero a misma vez ajetreadas por las oscuras decisiones de ciertas personas, que a estas horas deben de estarse movilizando por toda la ciudad distribuyendo porquería que te consumen el cerebro. Estoy listo para actuar en cualquier momento, me encuentro sentado frente a la ventana observando el edificio de enfrente con los cinco hombres sentados y fumando despreocupadamente, mientas sus matones vigilaban atentamente a los alrededores.
No es la primera vez que se reunen, hace mucho tiempo que llevo siguiendoles el rastro.
Repentinamente un auto se detiene frente al edificio cinco minutos despues los cinco hombres desaperencen en le auto.
- Se dirigen al Pinsk, ya sabes que hacer - dice Rodrigo atraves del audifono
- Bien.- dije.
Agarro la chaqueta y me dirijo al lugar, que satisfactoriamente se encontraba a unas quince manzanas de donde me encontraba y lugar del cual acababan de abandonar. Mientras conduzco me fijo constantemente en el retrovisor que nadie me hubiese seguido, esta es mi oportunidad de conseguir información y no quería que se viera comprometida la situación.
Llegue al Pinsk y aparco tras el edificio, puesto que el lugar estaba abarrotado, podía apostar que más del cincuenta por ciento de su clientela hoy no pasaba de los dieciséis y que usaban carnets falsos, solo las mejores falsificaciones podían ingresar, pero para ellos debías conocer a la persona adecuada o tener el dinero suficiente como para sobarle la mano al gorila para que te dejara pasar. El club era famoso y muy concurrido por todas las clases sociales todo dependía del horario en que lo visitaras.
En la puerta del club hay por lo menos unas cien personas haciendo fila para poder ingresar, voy directamente hacia el gorila que me saca por lo menos unas dos cabezas y de complexión ya ni hablamos, discretamente pongo un pequeño fajo de billetes de veinte en su libreta. El simplemente los toma y se los guarda en la chaqueta de cuero idéntica a la mía, abre la puerta para que pase
El lugar esta a tope no alcanzaba ni un alfiler más, bueno en la parte de abajo porque en el segundo piso estaba vacío, aparentemente esa es la zona VIP o mejor dicho la de los ricos. Busco con la mirada a mis objetivos y veo que se dirigen a una puerta que estaba a un extremo de la barra. Me dirijo a la barra para comenzar con el show.
- Dame un vodka- le pedí al barman.
- Enseguida.- respondió.
Me giro para observar la muchedumbre en la pista de baile, un par de chicas me guiñandome el ojo desde el otro extremo de la barra. Las dos rubias de bote y con vestido que dejaban poco a la imaginación, que cualquier hombre en este lugar es lo que menos tiene en estos momentos. El barman coloca el trago en la barra, pongo la cabeza hacia atrás y de un solo golpe lo tome, el líquido arde en mi garganta mientras desciende a mi estómago.
- Sírveme otro- le pido y dejo caer el vaso de golpe en la barra.
- Vaya amigo sí que vienes dispuesto.- exclamo el barman.
- Es lo menos que me merezco por la semana de mierda que tuve.-
El no parecia mayor y tampoco mal encarado, se veia simpatico pero mi trabajo me habia enseñado que tipos como el no son lo que parecen.
- No puedo estar más de acuerdo. Dijo mientras limpiaba la barra y colocaba mi trago.
La música destroza mis oídos y las luces especiales no dejaban de pasearse por todo el lugar, la oscuridad primaba sobre el club, los rostros se deformaban por las luces estrambóticas y la gente baila a más no poder.
- ¿Qué paso como para que pasaras al trago fuerte?- pregunto.
- Oh, ya sabes un explotador como jefe y las malditas deudas.- dije mientras me rellenaba el vaso
- Bueno aquí con el trabajo que tengo soy un psicologo sin titulo y chofer; he conocido a muchas personas e historias que van desde el desamor hasta tracion y deudas millonarias.-
- Te creo, debes de estar hastiado de tipos como yo.- me lamente.
- No te preocupes estoy acostumbrado.- me guiña el ojo y se va a seguir atendiendo la barra.
La noche seguía avanzando y los sujetos no aparecían por ningún lado a eso de las dos y cuarto me levante del taburete de la barra y me dirigí hacia la puerta donde los había visto desaparecer. Como el lugar estaba a rebosar me escabullo entre el gentío.
camino por un pasillo con cuatro puertas, una era la de los baños porque estaba repleto de mujeres haciendo cola y la otra fue la que abrí para averiguar que había ahí.
Era una puerta trasera de salida, por la cual el frío de la noche se coló por la puerta. Había unas cuantas personas afuera fumando y otras vomitando hasta más no poder, arrugue la nariz en desagrado y seguí caminando hacia un pequeño cuarto apartado del lugar.
- tenemos un problema- susurre sobre la solapa de mi chaqueta.
- ¿Qué paso?-
- Creo que se fueron- susurre.
- No, siguen en el lugar.-afirma.
Sigo caminando alrededor del club hasra toparme con un pequeño cuarto que se veia inhabitable.
- Aquí no hay nadie- dije.-Solo un cuarto inmundo.-
Seguí caminado, me acerque al cuarto y vi que tenía una pequeña ventana que estaba en lo alto de un lateral. Había unos contenedores de basura cerca y con todo el sigilo que pude los coloque de modo que me sirvieran de soporte para asomarme, subí y al asomarme por la ventana y vi que los tipos que estaba siguiendo estaban en la habitación con otros que no conocía en una mesa jugando póker, riendo y bebiendo sus matones estaban en la habitación reguardando a sus jefes. En total había ocho, de pronto uno de los basureros colapso por mi peso e hizo un estruendo y todos se voltearon en mi dirección, logre agacharme antes que me vieran y huí del lugar dejando atrás una gran conmoción entre los ocupantes del cuartucho.
-mierda, me descubrieron.- susurre exaltado mientras caminaba a paso rápido hacia el club.
- joder, escóndete mientras tanto.-
- aborta todo, esperaremos a ver qué pasa.- le dije.
Cuando tenía el pomo de la puerta del club en mis manos voltee atrás y tres gorilas venían en mi dirección observando detenidamente a las personas que estaban en parqueo clandestino. Me apresuran a entrar justo cuando uno de ellos me grito a lo lejos, corrí hacia la barra no tenía mucho tiempo ni opciones así que hice lo primero que me vino a la mente. Tome del brazo a una chica que estaba inclinada sobre la barra tratando de pedir a gritos sus mojitos por encima de la música, la gire sobre sí misma, la tome de la cintura y la apreté contra mí.
- Qué demonios.- exclamo asombrada por el arrebato.
- Sígueme la corriente.- le pedí. Y la bese.
Sentí cuando los gorilas pasaron junto a mi empujando sobre la muchedumbre, pero era tarde, el tiempo se detuvo solo sentí el perfume de la chica desconocida y sus labios. Los vidrios de una copa rompiéndose y un grito ahogado sobre la música rompió el hechizo di un beso mas a la chica y gire sobre mis pies y Salí pitando del club.
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falsa identidad.
Romance"El karma es una perra que no perdona". El futuro no existe sin el pasado; este solo es un recordatorio de lo que hiciste y que no debias. Todo lo malo que hiciste se te regresa tan rapido como lo hiciste. En cambio lo bueno, pues este rara vez lleg...