Buena Conducta [Mirio x Lectora]

1. Malo si sí, malo si no

Esto era muy jodido.

En realidad, no tanto. Habías escuchado que era bastante común, y quizá hasta parte inevitable de la carrera de cualquier profesora.

Lo complicado era el momento tan catastróficamente inadecuado que había elegido para confesártelo: Justo mientras te encontrabas en el hospital recuperándote de las heridas que te había dejado el asalto a la guarida de los villanos para rescatar a ese alumno secuestrado.

- Lo siento, me distraje un momento ¿Me dijiste algo, Mirio?

Tus ojos viajaron desde el azul del cielo que se apreciaba a través de la ventana de tu habitación hasta el azul de los ojos de tu alumno favorito.

- Que me enamoré de usted- Respondió, más firme y seguro que la primera vez.

Tenías la esperanza de que Mirio fuera sensato y aprovechara la oportunidad para retirar lo que había dicho hace un momento, pero no había hecho más que reafirmarlo.

"Mocoso testarudo" pensaste.

Ahora no podrías fingir ignorancia y tendrías que hacerte cargo de la situación.

- Está bien...

Él sólo te observaba, expectante.

- Está bien, Mirio.

Te sentaste sobre la cama del hospital para poder mirarlo frente a frente, cayendo en la cuenta de lo mucho que había crecido desde que lo viste por primera vez. Ya te llevaba varios centímetros de altura.

- En primer lugar, si vas a tratar de conquistar a una mujer mayor, al menos deberías tener la dignidad de no tratarla de "usted". Eso es mucho muy importante

Mirio sólo te observó y asintió sin borrar la sonrisa de su rostro, como si estuvieran en una de las clases particulares que les dabas a él y a sus dos amigos cuando aún iban en camino a convertirse en los mejores de la generación.

Esto era realmente incómodo.

- En segundo lugar, esto es totalmente inapropiado, y puedo perder mi trabajo por tus caprichos. ¿Has pensado en eso?

- ¿Por qué debería ser malo? Ya soy un adulto- Respondió con una cálida sonrisa.

- Eso no te lo crees ni tú- Dijiste con una mezcla de sorna y amargura.

- Y nuestras edades no son tan distintas. Ust...tú no me llevas ni cinco años

- Eso no lo hace menos inapropiado, Mirio

- Y además no estás con nadie

Miraste hacia abajo con pesadumbre. Era verdad: Tus pocos pero dedicados intentos por encontrar pareja habían terminado terriblemente mal. Tristemente, ya estabas empezando a considerar rendirte, a pesar de lo joven que eras.

- Lo siento, no debí decirlo de esa forma- Se disculpó el muchacho.

- Mi vida privada no es asunto tuyo, niño- Contestaste ásperamente.

Se sentía terrible tener que ponerte dura con él.

Siempre había sido una persona entusiasta y afectuosa con todos, pero parecía disfrutar tu presencia más que la de nadie más. Al principio podía ser simplemente gratitud por lo mucho que lo habías apoyado siempre, pero al parecer otras cosas podían surgir de la gratitud.

Suspiraste con resignación.

- Escúchame Mirio- Apoyaste la palma de una de tus manos sobre su mejilla, haciéndolo sobresaltarse un poco- Eres una persona y un héroe maravilloso. Eres todo lo que cualquiera podría querer como novio