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─Oye, Hii-kun. ¿Recuerdas? Hace cinco años en el Ofunehiki...

La sensación de la arena húmeda bajo sus pies era agradable, acompañado del sonido relajante de las olas y la compañía de Hikari, era perfecto.

─¿Lo de que querías decirme algo cuando terminara, no?

─Lo recuerdas...─ pronunció suavemente Manaka nostálgica.

─Tú eres quién lo olvidó─ Hikari volteó a verla, sus ojos azules iguales al océano se conectaron y se sonrieron mutuamente.

─Pero, aunque no lo diga con palabras...─ Manaka admiró su perfil y su sonrisa que la lograba tranquilizar desde pequeños.

─Ya me lo has hecho saber.─ completó Hikari, quién miró a Manaka con plenitud en su mirada azulina.

En la mirada de Manaka Mukaido que portaba una sonrisa de añoranza, Hikari Sakishima logró detectar amor, que en el pasado pensó le pertenecía a alguien más.

Caminaron uno al lado del otro, sintiéndose plenos a la sensación de la arena húmeda, el viento entre sus rostros y el relajante sonido del oleaje.

Después de todo lo sucedido, ese momento para ellos dos solos era perfecto, y Manaka estaba al lado de su amado mar.

Hikari por fin estaba sintiendo que todo volvía a la normalidad, volvía a tener junto a sí a la Manaka que conoció y se enamoró, siendo consiente después de mucho, de lo que sentía aquella castaña.

Derretidos en el mar, derretidos en el aire...

Los sentimientos se comunican... Yendo más allá del tiempo...

─Oye, Hii-kun...─ contemplando la vista de su hogar, Manaka llamó al mencionado.

─¿Hm?

–Con todo lo que hemos pasado, los sentimientos que tengo los quiero atesorar por siempre. Los quiero a mi lado...─ la mirada del océano mismo conectó con la suya ─Te quiero a ti de mi lado, para siempre.

Su corazón latió, el viento alzó la cabellera castaña de Manaka y su sonrisa nostálgica fue reemplazada por una más soñadora, llena de esperanza.

Sonrió. Con todo lo vivido, Hikari entendió que nada está predestinado, que ellos mismos escogen que hacer y el tiempo puede llegar a ser cómplice.

Quería disfrutar de los sentimientos de Manaka, y los suyos, un poco más. Antes de dar otro paso, para seguir su camino y que el tiempo corra normal.

Este mundo está lleno, de muchos sentimientos brillantes...

─Manaka, si nuestros sentimientos tuvieran color, ¿de qué color serían?

Pronunció suavemente, mirándola de reojo, para volver su vista al mar y concentrarse en la melodía del oleaje.

─Sería azul─ Manaka respondió animada, viendo su hogar con ojos brillosos ─, como el océano...

A pesar de quedarse congelados y perder tiempo en sus vidas, se permitieron disfrutar de ése momento antes de dar el paso para abandonar por completo su pasado, y caminar hacia su futuro incierto.

Pero sea cuál sea, estarían juntos.

Por siempre.

¿Recuerdas? ⚘ 𝗻𝗮𝗴𝗶𝗮𝘀𝘂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora