1- El tesoro de mi tía abuela

8 0 0
                                    

Una pantalla de televisión que lentamente se sintoniza, es parte de este recuerdo. Tenía aproximadamente quince años. Donde dediqué esa parte de mi existencia a experimentar con algunas drogas.
A esa edad solía vivir con mi tía abuela, una mujer respetable y muy correcta, que era realmente una zorra hija de puta.
De su hogar, me gustaba robar cosas valiosas para después cambiarlas en la tienda del viejo Joe por cantidades insignificantes de dinero o por hierba.
Todo era parte de causa-efecto, ya que la mujer era una puerca bastarda que me golpeaba por absolutamente todo basando su ineptitud de comunicación con una educación a la fuerza.
La frustración de tener a esa mujer como único ejemplo de un adulto responsable, junto a necesitar dinero para alimentar mi hambre de conocimientos alucinógenos o solo comprar cigarrillos, me hicieron comenzar mi cleptomanía con cosas pequeñas como algunos adornos que lucían onerosos o utensilios inservibles como lámparas en mal estado, herramientas abandonadas, entre otras.
No notaba nada la muy puta, a una cierta edad el sueño suele ser mas fuerte que la atención que un imbécil como yo pudiese estar haciendo en sus alrededores, al menos así lo pensaba yo.
Mientras mis técnicas de cubrir la verdad tomaban mayor experticia, los robos se hacían mayores, a veces ni siquiera era una necesidad, sino que había una adicción a la adrenalina de robarle.
Después de un día de furia por hechos irrelevantes me golpeó tan brutalmente por comer con la boca abierta que me dirigí a su habitación durante la noche y robé la caja que tenía junto a su velador, un pequeño objeto de bronce, con detalles elegantes y estilo clásico donde guardaba un extraño polvo; yo sabía que la vieja dentro de todo lo correcta tenía fijaciones drogadictas, así que aquel tesoro sería un gran hallazgo surrealista alucinante .
Lentamente salía de la habitación mientras la vieja conchuda dormía placenteramente, sin siquiera percatarse de mi recompensa.
Llegué donde Joe con ese pequeño tesoro y luego de unos brillosos ojos, me dio una cantidad no menor de dinero por la mugrosa caja, realmente debe haber sido un artículo muy preciado.
En cuanto al contenido nos lo regaló, por lo que junto a algunos amigos nos dedicamos a esnifar aquel polvo que nos provocó sensaciones aterradoras y bellas, los colores eran más interesantes y el beber alcohol durante la noche acrecentó el momento mágico.
Las 6 de la tarde, ha sido un excelente día y aun me siento contento. El sol golpea muy fuerte aun y desde la esquina de ese sucio hogar veo un automóvil policíaco.
Entre la intriga corrí cuando noté que se llevaban su mugriento cadáver, entre los informes médicos fue suicidio debido a intoxicación por sobremedicación.
Después de un pánico evidente, corrí a la habitación donde yo solía dormir y sin saber que hacer me recosté sobre la cama donde encontré una carta oculta en un rincón.
"me cansé de que me robaras todo maldito cerdo, crees que soy imbécil y que nunca entrecerré los ojos para ver como te deshacías de mis cosas, es por eso que todos los días escupía tu comida cuando no veías, rayaba tus discos de mierda con los palillos de tejer y meaba los vasos donde bebías tu preciada agua para calmar tu sed. Fue realmente un placer sacarte la mierda a diario.
Pd: la caja de bronce contiene las cenizas de tu madre, así que te la regalo amablemente para que la cuides como niño bueno, mas que mal siempre has sido una escoria irresponsable y las cenizas logren hacerte ser un adulto, algo como la responsabilidad que una mascota otorga.Con amor, abue "

Wilhelm LieutenantWhere stories live. Discover now