Cap.5: ¿Hola?

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Finales de enero:

Hace ya mucho, de verdad mucho tiempo desde que empecé a encontrarla por la calle, desde que envió la solicitud. Las cosas con Yael están más estables y ya sabe sobre aquel pasado ''hetero''.

Me metí al perfil de Marina, con algunas fotos noté que le gustaban las chicas, no miré fechas así que di por hecho que tenía novia. Me sorprendía ver sus fotos con el cabello tan corto, cuando lo que más recordaba de ella era su larga cabellera por debajo de la cintura. Di click en ''aceptar''.

26 de enero por la mañana:

Era sábado por la mañana, desperté tarde, encendí el wifi y sonó una notificación de mensaje, si, era Marina.

Marina: Hola...

Yo: Hola... veo que no pudiste resistir. -¡¿Qué rayos?! ¿Por qué le he respondido de esa manera tan sugerente?

Marina: Algo así, ¿Qué haces?

Yo: Acabo de despertar, hace calor y apenas almorzaré

Marina: Estoy en unos XV años mira -foto de una brocheta de frutas y una nieve-

Yo: Mi parte favorita de las fiestas es el baile y la mesa de dulces, ahora mismo me has antojado la nieve

Marina: Cuando quieras vamos por unas

Yo: Podría ser, trabajo en la biblioteca del empedrado

Marina: ¿En serio? Trabajo a menos de una cuadra antes de ti, en el restaurante alemán

No había timidez de ninguna parte, tampoco preguntas básicas como nombres, colores, gustos, música o el clásico ¿estudias o trabajas? Toda las palabras fluían de manera natural, platicábamos como si nos conociéramos de siempre. 

Marina: Tengo un cumpleaños la próxima semana, ¿te gustaría venir?

En ese momento volví a la realidad, a pesar que la conocía de la secundaria, era una desconocida y hablábamos con tanta familiaridad, pero de eso a aceptar una salida con sus amigos, era otra cosa, debía pensármelo. Aparte... ¿qué le diría a Yael? Cómo podía contarle de esta ''amiga'' si nunca antes la mencioné.

Escribiendo... Escribiendo...

Yo: ¿Te parece si te confirmo luego?

A media semana vi a Yael le dije que me habían invitado a un cumpleaños.

Yael: ¿Quien te invitó?

Yo: Una vieja amiga de la secundaria, no la conoces.

Yael: Ultimamente me cuentas muy pocas cosas, siento que nos estamos alejando, estaba planeando que este fin de semana fuéramos a alguna parte lejos de la ciudad y de todos, sólo tu y yo... Pero bueno, ya tienes tus planes.

Sentí un desazón al escuchar a Yael, tenía razón. Nosotras no eramos de peleas, celos, terceros ni esas cosas, pero nuestra relación era bastante plana y yo no estaba acostumbrada a ello, pues mi esencia era volátil, etérea pero con vigor. Sentí algo de pena por nosotras, yo la quería demasiado, la amaba. Sus ojos negros y profundos, su calidez y su humor extraño, su inteligencia y memoria. Creo que debía darle prioridad.

Llegó el día del cumpleaños.

Marina: -por mensaje- ¿Lista? Paso por ti en 20 minutos

¡Joder, olvidé cancelar! Pero es muy tarde. 

Yo: Marina, lo siento mucho, olvidé avisarte con tiempo. No podré acompañarte. Lo dejamos para otra ocasión, tenemos pendiente la nieve.

Era obvio que Marina estaba molesta, lo pude notar en sus palabras.

Amores del limboWhere stories live. Discover now