Las historias de amor, a veces comienzan de formas maravillosas, pero es relativo. Siento que las que les voy a contar, nació de un desastre, que floreció en lo más lindo que me ha pasado en la vida, pero terminó siendo una tragedia de todas formas.
Su nombre es Mariana, Mariana Abad. Ella solía sentarse frente de mi en todas las ventanas que teníamos en la universidad, tenía una forma muy peculiar de ubicarse en la banca. Nunca usó la silla como correspondía, ensuciaba con sus pies toda la parte donde unx usualmente se sienta por esa mala costumbre de usar el respaldo de asiento. A mi me gustaba, tanto que comencé a realizar lo mismo. La observaba, siempre, cada vez que podía, sobre todo el primer año que entré a la carrera. Ella iba unos años antes que yo, nunca supe cuantos la verdad. Suponía que unos 2 o 3, no es que Mariana fuese más grande, solo que yo estudiaba otra cosa antes y me cambié.
Ella era mi distracción del mundo, no es que mi vida fuese mala, todo lo contrario, tenía una novia que me amaba, una familia un poco extraña, pero ese no es el tema que nos incumbe, hoy quiero hablar de ella.
Mariana Abad. Recuerdo que lo primero que escuché sobre ella, fue que mis 3 amigas se la comieron carreteando, y 2 de ellas en el mismo carrete (SHOOK), algo piola. Mariana fue el tema de mi departamento por varias horas ese día, tanto que causó la necesidad de ponerle un rostro, así que obviamente me mostraron una foto.
-YO: Amiga esa foto me parece familiar
- De verdad?
-YO: Si, creo que hicimos match en tinder.
Tinder, gracias a tinder conocí a todas las chicas que besaron a Mariana antes que yo, no las juzgo, era guapa, muy guapa y cool. Pero además de eso tenía algo que llamaba la atención.
Después de mirar las 5 fotos de tinder por milésima vez y preguntarme por qué nunca le hablé, cerré la aplicación.
Mi segundo acercamiento con Mariana, fue en un carrete, la misma amiga que se la comió, que por cierto yo también lo hacia, me invitó a su escuelita de Periodismo, creo que estaban haciendo como un asado, o algo por el estilo, quizás solo estaban bebiendo, no sé no recuerdo muy bien, pero si la recuerdo a ella, y lo desagradable y mal educada que fue, por un segundo pensé que no le caía bien, pero siendo objetiva, ella nunca me había visto así que eso no tenía sentido. Existían dos opciones, o es muy tímida, lo cual no me parecía lógico, o simplemente no entre en su mirada.
Mariana se acercó a saludar a mi amiga, que por cierto se llama Antonia, y yo fui tan invisible como para ganarme un desaire de esos que te hacen sentir incomoda, y pensé "y esta cola que se cree", pero seguí con mi vida.
El último encuentro que tuve con ella, antes de cambiarme de carrera, fue en una fiesta, porque sí, al parecer el webeo era lo único que nos unía. Habían pasado los meses y yo ya estaba de novia y al parecer ella también. Entré al local, que tenía un pasillo extenso y una barra antes de la que pusieron como caja, el baño estaba al lado de ella; justo en ese lugar entre la caja y el baño adivinen quién estaba, riéndose de la vida, muy feliz con una niña que por cierto era bastante guapa, creo que lo que más me gustó de verlas juntas era que las dos sonreían de manera muy bella, me sentí feliz por su sonrisa, miré a mi novia y al instante también sonreí.
Subí la escalera del local, llegamos a un pequeño segundo piso que me agradaba, no había mucha gente pero al rato fue llegando la suficiente como llenar el reducido espacio que abarcaba el lugar. Bailamos caleta, la música era muy alternativa, mucho pop, mis amigas por primera vez disfrutaban de las canciones, por cierto son otras amigas, no las mismas que mencioné antes.
Me recuerdo bailando con mi novia, Mariana con la suya, supongo, no la volví a ver más, o quizás ya no le presté más atención. Mientras bailaba una canción de "Denver", que de hecho había salido hace poco y todas nos preguntamos cómo se llamaba, yo la busqué en shazam obvio, estaba en eso, buscando como se llamaba el tema, cuando una niña, gigante por lo demás que ubicaba de la universidad me saludó como si me conociera de toda la vida. Me pregunté - ¿Y esta por qué me saluda? La misma pregunta se hizo mi novia, pero le dije que no sabía.
Sin saber que esa misma niña sería extremadamente relevante en al vida de Mariana un par de años más adelante, fue la última noche que supe de ellas antes de entrar a Periodismo.
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Divergir
Teen FictionNos demoramos 3 años en coincidir, para que cuando ocurriera, nos separamos por divergir y por puras hueas.