Había tenido la suerte que no a muchos le tocó. Todo sucedió a sus cinco años, una pareja felizmente casada, se había deprimido ella, la mujer esbelta y de cabello con ondas lo bastante agraciadas, porque era estéril. La peliroja con una invasión de pecas en su rostro lloraba todas las noches, se sentía la peor esposa del mundo porque no podía darle descendencia a su esposo.
Él fornido hombre con cabellos color cobrizo y bellas centinelas en las mejillas, para reconfortarla un día la tomó de la mano y la subió al coche, viajaron un largo rato por la carretera, luego viajaron en avión a Corea. Ambos hablaban fluidamente el idioma, pues habían ido varias veces al país luego de visitarlo por primera vez en su Luna de miel. Les traía lindos recuerdos. Él intentando sacarla de la depresión que padecía su esposa; un día soleado, ambos de la mano caminando tranquilamente por las calles de Corea, hasta que el atardecer murió para darle vida a la noche. La pelirroja sonreía conmocionada, habían llegado a un orfanato y estaban adentrándose en él. El hombre había estado casi dos años haciendo papeles con trámites y demás, hasta que finalmente un día seguido del agotador trabajo recibió una llamada indicándole que podían ir finalmente a buscar al niño, aquella noticia barrió todo rastro de cansancio lejos y dio lugar a la esperanza para que aquella cómoda se instalará. No le dijo nada a la joven, era una sorpresa, una sorpresa por ser tan buena esposa. Aunque no pudiese darles hijos.
Quedaron encantados con el rubio de ojos esmeraldas. Emanaba ternura hasta por los poros.El hijo no podía ser elegido, ni siquiera el sexo del infante, pero no les importaba. Ellos sólo querían ser padres. Pero se emocionaron demasiado cuando se le presentó ante sus ojos un pequeño de aproximadamente cinco años con rasgos demasiados suaves. Al mirarlo era cómo si el bosque se los tragase. Un cierto brillo emanaba, era en demasía inocencia pura.
Se sorprendieron mucho. Estaban confundidos y avergonzados de haber hecho aquella pregunta pero, aquella los estaba consumiendo. El hombre viendo que su mujer no osaba ella a hablar fue el quien se animó a hacerlo, le preguntó a los encargados si era niña o niño. Resultó ser un niño de una belleza demasiado delicada que cualquiera podría hacerlo confundir con una niña.
Su vos algo trémula, tímida, hermosa y armoniosa. Les dio ternura a los ahora padres del niño, más cuando notaron el violento arrebol del pequeño al saludar. Era sumamente adorable y ya con sólo pronunciar una palabra les había secuestrado el corazón.
Le costó demasiado adaptarse al gran cambio en sus vidas, tanto a padres como al niño pero eran felices porque él cambió era bueno. El pequeño tenía la edad de siete años apunto de cumplir ocho. Pero su altura y cuerpo escuálido más la intensa palidez de su tez lo hacían lucir famelico y mucho más pequeño. Con el tiempo logró adaptarse al tremendo giro que dio su vida. Ganó peso, uno considerable, aceptable para la sociedad... Aprendió el idioma. Mentiría si dijera que no le costó pero se dedicó gran parte de su corta vida para aprender el que le parecía un idioma complicado, leía mientras escuchaba música en inglés, veía series y dibujos animados en inglés, escuchaba palabras en aquel idioma en todo momento, pero a la hora de hablar la inercia de la timidez se presentaba haciéndolo tartamudear y sonrojarse cual rojo fuego vivo.
Tenía una habitación para el solito y unos padres que lo amaban como si fueran los propios. ¿Qué más podía querer? Si lo tenía todo. Claro si lo ves en está perspectiva claro está, él pequeño lo tenía todo. Amigos, cumpleaños, sus cuatro abuelitos aún con vida. Pero, siempre hay un pero, ¿verdad? Siempre hay un pero sí, todos cargamos una cruz. Todos padecemos un infierno interno por más feliz que parezcan nuestras vidas por fuera. Toda sonrisa detrás esconde una historia. Jimin ocultaba su problema u "enfermedad" como gustaban llamarle los demás con una gran sonrisa que a todos engañaba. ¿La gente hace mal o bien en hacer la vista gorda? Pues si bien nuestras sonrisas a veces mienten y nuestros ojos suplican. Pero la gente ciega jamás veían aquella súplicas, ni siquiera sus padres.
Jimin siempre quiso que aquellas súplicas recibieran atención pero cuando llegó el momento, se dio cuenta de cuál equivocado estaba, deseo que jamás alguien supiese su "oscuro secreto" y le tocó comprender dolorosamente el "ten cuidado con lo que deseas".
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El científico del horror √√Yoonmim√√
FanfictionQué ocurre exactamente cuando dos hombres, un científico desquiciado y un miembro de la USO de la Segunda Guerra Mundial, crean lazos, lazos que si quiera ellos pueden explicar. Qué ocurre si quizás el noble y agraciado Park Jimin es obligado a pa...