CAPÍTULO 1 La otra

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La casa tenía todas las luces apagadas, sabía por él que ella estaba sola de nuevo, sus padres habían vuelto a su casa.

Me acerco a la puerta trasera y como dijo, la puerta no tenía seguro, tomo la perilla y entro rápidamente cerrando la puerta detrás de mí, me dirijo a la escalera y subo silenciosamente los escalones, recuerdo que su cuarto era la última puerta a la izquierda, recorro el pasillo y entro, ella duerme plácidamente en su cama ajena a todo.

Me acerco silenciosamente a su cama, saco la pistola, le pongo el silenciador apunto a su cabeza y disparo, luego apunto a su corazón y disparo, la sangre empieza a brotar de su cabeza y corazón manchando de un lindo color rojo la sábana blanca y su ropa de dormir.

Meto la pistola en mi bolso y me pongo lo guantes blancos de látex, agarro la rosa negra del bolso y se la pongo sobre el pecho con las manos una encima de la otra, luego agarro la corona de rosas negras con espinas y se la pongo en la cabeza, unto un poco de sangre en el guante y escribo en la pared: "lo siento no se puede casar contigo por mucho que ella quiera, pero no importa, sé que hay alguien más que te hará feliz", y arriba de su cabeza en la pared blanca coloque "aquí yace la princesa de sangre, no puede ser tocada, pues su castigo fue morir, por robarse el amor de mi vida", y más abajo coloque:

"sus ojos no te miraran

su nariz no te olerá

sus labios no te besaran

y jamás te volverá a tocar,

porque tú eres mío

y siempre lo serás"

Tomo mi bolso, agarro la bolsa con los pétalos negros y los riego por la cama, cuando termino me paro a observar mi obra de arte.

La Muerte de HolyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora