Capítulo 6

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El fin de semana estaba terminando, por suerte Skye y Andrew se tomaban un descanso los domingos, sin embargo para la vulpina Ártica ese día era más para los labores domésticos que para descansar.

La luz nocturna se colaba por la persiana hacia su habitación, ella estaba sentada sobre su cama, recapitulando todo lo que fue su fin de semana, algo no estaba bien con ella, se preguntó una y otra vez el por qué le pidió la cita aquel oficial, bien podía haber sido más oportunista o tal vez más ambiciosa... Sin embargo no lo hizo, pero se alegró por ello, había pasado una agradable tarde el sábado, recordo lo divertida que fue su infancia, realmente hacia mucho tiempo que ella no tenía salidas, siempre se mantuvo trabajando en su taller desde que llegó a Zootopia, no tenía amigos, ni siquiera conocidos y su familia aún vivía en Canadá, solo se tenía a ella y al equino, aún que Andrew se preocupara por ella, Skye solo lo veía como su empleado, eso la mantuvo pensativa ¿Realmente Andrew solo era su empleado? Era bueno con ella, claro nunca se dieron términos de amistad pero siempre fue amable con ella, incluso sabía que si algo le llegará a suceder el caballo siempre estaría para ayudarla t también apoyarla. . .
Y ahora estaba ese zorro rojo llamado Nick Wilde, era extraño pero, a pesar de no conocerle de muchos años parecía que así fue, es increíble cómo se ganó su confianza en pocos minutos, era sumamente interesante saber qué hizo para que ella confiara en él, Skye negó con la cabeza, había muchas teorías formulandose en su mente, realmente no quería seguir pensando sobre eso, ya que se le hacía ridículo la idea de que ella sintiera atracción por aquel zorro.

Se levantó de su cama para dirigirse a su closet, sacaría su pijama y se dormiría para poder empezar con el trabajo a primera hora del día. Justo cuando lo abrió un aroma invadió sus fosas nasales, era un suave pero fuerte aroma masculino, era un aroma agradable, recordó que guardo el abrigo de Nick en su closet, tomó dicha prenda para olerla mejor.
Si en definitiva ese era el causante de aquél embriagante aroma ¿Pero cómo? Ella había lavado ese abrigo y aún tenía el olor de aquella loción, frunció el ceño ¿Desde cuándo le gusta el olor masculino? Volvió a dejarlo donde estaba, no deseaba tener un lío en su cabeza: no por ahora.

•••

La mañana recién había comenzado, con ella el bullicio de la vida de los animales trabajadores, todo parecía indicar que sería un día normal, excepto por un pequeño detalle.
Por las calles de Sahara square un guepardo era perseguido por un zorro policía y por su compañera chacal, aquel felino había robado el bolso a una cebra. Corría a toda velocidad creyó que no seria alcanzado por su velocidad, y menos cuando notó que el zorro policía se había atorado en uno de los muros de construcción, todo le indicaba que se saldría con las suyas hasta que llego a un callejón sin salida.

-¡QUIETO! - la voz de Patricia se escuchó en la entrada, sonaba nerviosa por lo que el guepardo se acercó a ella de manera intimidante, la pobre parecía que en cualquier momento saldría gritando

-¿o que? 

-oh si no... esto- tenía su macana lista, el sonido electrizante resonó en el lugar, miró al animal que yacía en el suelo, pensó que tal vez se había excedido, estaba apunto de revisarlo cuando sintió una mano en su hombro, sin pensar lanzo un golpe junto con un grito

-¡¿QUE DEMONIOS SUCEDE CONTIGO?! eso me dolió

Patricia le había golpeado a Nick en la nariz, la chica estaba atemorizada y apenada por lo que había hecho 

-lo siento mucho, de verdad lamento mucho lo que paso

-si, si, si... solo no vuelvas a hacer eso, espero que no deje marca... auch... veo que lo detuviste, aunque a juzgar por su apariencia veo que lo dejaste más que noqueado ¿recuerdas la advertencia de Bogo?

En mis memoriasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora