El viaje

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Desperté por el estruendoso sonido de la alarma de mi celular (el sonido de la perdición para muchos), aunque odiaba tal sonido, ese día no me importaba, pues por primera vez en mi vida conocería a  la familia de parte de mi abuela (tengo una familia muy  grande, hasta ahora no alcanzó a conocer a todos).

Corrí lo más rápido hacia el baño para cepillarme los dientes y tomar una ducha, estaba ansioso por ir a Quito. Pues, sería mi primera vez allí.

Damián, Muévete que se nos hace  tarde - Escuche la voz de mi tierna abuelita concentidora. Por la cual viajaría, ya que a mis padres les daba igual si vivía o moría. Y sin darme cuenta una lágrima resbaló en mi mejilla - Mi niño, No permitas que tus heridas te hagan débil, aprende de ellas y supérate. Ya no sufras - Dijo la voz dulce de mi abuela secando la lágrima en mi.

Tranquila abu, No me importa perder personas que no me quieren, perdí personas que amaba. Y mírame, sigo de pie. Mejor apurémonos con los preparativos - Dije sin mas.

Arreglar todas esas maletas y salir con esas cosas fue cansado.
Y aún más cansado fue el viaje que teníamos que hacer.

Apenas llegamos, nos recibió en el Terminal Terrestre mi Tía Sonia, una alta mujer de cabello rubio y ojos verdes (en momentos así yo creo que soy adoptado). Fuimos hacia la casa de la hermana de mi abuela. Donde se supone me quedaría a vivir.

Cuando llegamos vi a algunos rostros nuevos, saludamos y entramos a la casa, coloque mis maletas y mientras mis tías y mi abuela conversaban decidí salir a dar una vuelta.

Tía, ¿Por aquí hay algún parque? - Pregunté por lo bajo a mi tía Sonia y ella me dio las indicaciones para  salir un rato.

Sólo recuerda como volver y no perderte - Bromeó mi tía. Yo solo asentí con algo de vergüenza y me retiré.

A pocos minutos llegué a mi cometido, ya estaba muy cansado por caminar tanto. Así que decidí recostarme sobre un frondoso árbol que había allí.

Solo quería dormir en aquel lugar, pero a pocos minutos me percate que un chico casi de mi misma edad me veía, pero le reste importancia. Así que cerré los ojos.
Y luego de unos segundo sentí que alguien se sentó a mi lado, miré disimuladamente y era aquel chico - que fastidio!! - Fue lo primero que pensé.

Hola, lindo día verdad - Dijo con una radiante sonrisa.

Aja - Sólo dije asintiendo.

Linda pulsera - Dijo en forma burlesca.

Fue cuando me di cuenta que no me había sacado la pulsera LGBTI. Iba a pararme pero me sostuvo de la mano.

No te vallas. Tranquilo. Soy Ricardo, mucho gusto - volviendo a denotar su hermosa sonrisa y sus brackets celestes.

Soy Damián, y lo siento. Ya es tarde. Tengo que irme - La verdad no tenía ganas de hablar con ese desconocido.

Al menos dame tu número - Dijo con un guiño.

Y por que le daría mi número a un desconocido - Qué se cree este grillo, pensé queriéndome zafar de ese tipo.

Pero al menos dime tu nombre completo - Dijo suplicante.

Trate de negarme pero era odiosamente insistente, y no tuve más opción que hacerlo.

Me llamo Damián Menéndez. Ahora déjame - Aflojó un poco y me solté como pude para marcharme rápido de aquel lugar.

Este día no pudo ser más hostigante - Dije a mis adentros tocando el timbre para que me abran la puerta.

Mi tía Sonia abrió la puerta y Samara (mi tíabuela, hermana de mi abuela) me enseñó mi recámara.

Me acosté en ella dispuesto a dormir cuando mi celular vibró por una solicitud de  amistad y  de mensaje - "Hola Bonito".

Lo que me faltaba, aquel tarado me había encontrado en las redes sociales.

Pero acepto que algo en el era lindo en cierto punto, ¿Pero en qué estaba pensando?, como había dicho eso. Aunque me fastidian las relaciones amorosas. Son una pérdida de tiempo.

El amor puede ser hermoso,
Sólo si le va bien en él.

Pensado en estupideces y dilemas de la vida me quedé profundamente dormido.

Me enamoré de mi primo 😲💔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora