Recuerdo las sabias palabras de una chica, en cuya quinta cita había de tomar café, en ese momento yo era muy joven no sabía lo que quería pero aquella chica si, en cada cita siempre tomaba café negro y yo le hablaba de lo que me gustaba, ella solo observaba y absorbía su café, todavía no entiendo por qué en ninguna de las citas se marchó si el egocentrismos solo era mío, para la sexta cita hable al mesero y pedí un café negro, ella me miro deteniendo mi orden, por primera ves hablo, hablo mucho pero sus palabras eran espinas sin color rosa.
–Pregunte. Como has cambiado?
–Con lo que ella respondió. –Esa es la idea. –tomando un sorbo de vino.
Nota:
En la sexta cita, yo había de de preguntar "Quieres ser mi novia" pues era un chico muy inseguro, pero arruine lo que era ella, lo que fue ella.