Vertedero de Emociones.

Platicas de media noche.

El reloj marca las 00:00
Hora predilecta de aquellos entes oscuros ansiosos por encontrar un alma incauta.
Desde el balcón observo el danzar del césped en un vaivén producido por la brisa.
Aquí en lo alto se puede escuchar el cantar silencioso con el que la Luna acaricia los oídos de aquellos que duermen.
De pronto en medio de esta ceremonia muda, una voz rompe la silenciosa armonía.

-¿Es que acaso ya te has olvidado de mi existencia?

Con pesar giro la cabeza y veo la delgada sombra.

-Como olvidarte extraño espíritu, no podría olvidar a quien fue parte de mí. ¿Cuéntame que es lo que buscas está noche?

Tras esbozar una sonrisa extraña aquella sombra dejó escapar su discurso.

- Vengo para recordarte quien eres, para que me aceptes una vez más en tu corazón. Deja de rechazar lo que no puedes manejar. Acepta que no puedes controlarlo todo. Basta ya de huir cobardemente.

-¿Y así volver a ser herido? De que me sirve tenerte en el corazón si sé muy bien  que volverá a romperse. ¿Ser cauto ahora significa ser cobarde? Vete ya, deja de acosar pensamientos.

Como si de una Esfinge se tratase la sombra no dijo nada por minutos. A punto estaba yo de regresar al silencio de la majestuosa noche cuando nuevamente la voz de aquél irrumpió en mis tímpanos.

-Ser lastimado es parte de vivir, el dolor y las traiciones te enseñan el camino a la madurez. Llorar y reír van de la mano. Alegrías y tristezas tendrás a montones. La vida traerá difíciles pruebas a  lo largo de tu camino. Nunca nadie logró nada huyendo de sus sentimientos. Arrancarse el amor y  sus acompañantes no traerán nada más que vacío y soledad. Reflexiona mi pequeño y temeroso lucero.
¿Deseas vivir encerrado en un capullo de miedo e inseguridades?

Sellados quedaron mis labios ante aquellas palabras, no me creí capaz de responder a tal discurso.
El silencio nocturno se hizo presente una vez más. Pero esta vez la Luna ya no entonaba canto alguno. Sólo había silencio.
Y el reloj marcó las 1:00