Prólogo

245 31 3
                                    

Oh Sehun bajo del carruaje y entró al lugar furioso, olía terrible; tabaco, opino, alcohol y sobretodo a sexo.
Buscaba de entre toda las personas a su esposa Hwasa. Se había enterado, gracias a un lacayo, que su esposa llevaba dos semanas viniendo a este lugar. Todo amor que había llegado a sentir por ella, se había esfumado ante aquella noticia.

La vio a lo lejos, yéndose con un hombre con vestido y tacones por un pasillo, no dudo en seguirlos.
Conforme se acercaba al lugar, escuchó los gemidos de su esposa, con furia, abrió la puerta de par en par.
—¡Oh Sehun! ¿Qué diablos estás haciendo aquí? —. Hwasa se había escondido bajo las sábanas, el hombre que hace poco la había estaba haciendo gemir, le sonrió. ¡Qué descarado!
— Lo mismo venía a preguntarte, querida—. Sehun miró a su alrededor, soltó un suspiro —De verdad te quería...
— ¿Qué tal si mejor te unes?
— ¡Cállate Kai! —. Su esposa trataba de ponerse su vestido lo mejor posible dado a la rapidez en que lo que hacía. El hombre de nombre Kai se levantó a ayudarla sin ningún pudor, estaba totalmente desnudo, a excepción de los tacones que estaba usando. Sehun apartó la mirada.
—El carruaje está esperando afuera, ve.
— No hagas nada estúpido, por favor Sehun, te lo ruego—. Hwasa trató de tomarlo de la mano.
—Tú ya lo hiciste—. Dijo Sehun mientras miraba a Hwasa con profundo dolor, esta soltó un sollozo mientras salía de la habitación.
El silencio reinó en aquel cuarto, Sehun se negaba a mirar hacia Kai pero por el sosiego del lugar, pudo escuchar como lentamente este volvía a ponerse el vestido que había estado portando.
— No tienes por que enojarte con ella...—. Sehun por fin miró a aquel hombre, este estaba fumando y lo miraba con una expresión indescifrable, Sehun nisiquiera noto cuando había sacado el tabaco (u opio, no importaba).
— Aléjate de ella...
— No
— Lo harás
—Y si no quiero ¿Qué me harás? —. Kai se acercaba lentamente hacia él, a pesar de que Sehun era más alto, Kai irradiaba peligro, eso sin contar el hecho de que Sehun tenía el cuerpo demasiado delgado para su gusto y Kai estaba bastante musculoso. Sin darse cuenta, Sehun retrocedía al mismo tiempo en que el hombre en vestido se acercaba a él.
—Yo... —. Sehun no pudo evitar tartamudear y eso, por alguna razón, hizo a Kai sonrier.
—Tan alto y tan miedoso —. Kai lo empujó contra la pared con tanta fuerza que el aire en sus pulmones fue expulsado —Mira, niño bonito, no tengo nada sentimental con tu esposa, solo es sexo, si buscas hacerme daño, créeme, antes te lo haría yo —. dicho esto, Kai lanzó humo de tabaco directo a su cara, Sehun tosió.
—¿Cuánto quieres? —. Sehun lo miró a los ojos y no apartó la mirada de aquellos ojos negros. El más alto pudo observar los labios pintados con carmesí de Kai.
— Nada que puedas darme monetariamente —. Se acercó tanto que Sehun pudo sentir el pequeño roce sobre sus labios, seguían mirándose directamente a los ojos.
Kai río.
—Adiós, Oh Sehun, seguro nos volveremos a encontrar—. Y sin más, el hombre con vestido y labios carmesí, salió de la habitación.











BURDEL (Kaihun) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora