¶P R O L O G O¶

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"En otras noticias el delincuente Jeon Jungkook es al fin atrapado y será trasladado esta mañana a una prisión de máxima seguridad,  esperemos que pase muchos años en prisión y que sus delitos no queden sin castigo"

Se escuchaba desde el televisor de la comisaría como una reportera hablaba.

— Ese maldito al fin estará tras las rejas. — Comentaba un policía en burla para después acercar el cigarrillo que estaba entre sus dedos hacia sus labios. 

— La pequeña rata no pudo escabullirse por mucho tiempo. — Añadió otro viejo policía que descansaba cómodamente sobre una silla. 

Ambos rieron.

— Ya ya basta de flojear. — Llegó el jefe de todos, dirigió su mirada hacia las celdas en la estación y con una sonrisa en su rostro habló.  — Saquen a Jeon,  es hora de trasladarlo.

Ambos policías obedecieron y se dirigieron a la carceleta de Jeon Jungkook.

— Párate. 

El chico sentado en el suelo de la celda, a quien la voces de desprecio iban dirigidas, miró sin expresión los rostros de los policías frente a él, sin embargo, su cuerpo no seguía ninguna orden. 

— ¿No vas a obedecer?— Preguntó el más viejo de los tres. La mirada de Jungkook era cada vez más desafiante, y esto provocaba rabia en los hombres de uniforme. 

— Bien, es suficiente. — Uno de los dos policías abrió la celda y jaló del brazo a Jungkook para levantarlo y llevarlo hacia las afueras de la comisaría para que un carro los transportara hacia una de las prisiones más conocidas y, por ende, resguardadas en Seúl. 

Jungkook ya estaba sentado al costado de un policía. Observaba con desinterés por la ventana del automóvil las casas pasar, las personas caminar y algunos negocios que recién comenzaban a abrir sus puertas. 

El carro avanzaba rápido.

Luego de unos 15 minutos, tal vez un poco menos, llegaron a la prisión donde el joven delincuente estaría para cumplir su condena de 10 años... 

La puerta del carro se abrió y segundos después, dos policías sujetaban a Jeon hacia la entrada de la prisión. No hubo ningún tipo de resistencia, ni un forcejeo por librarse de su destino. El joven tan solo caminaba en silencio. 

La puerta principal se abrió y pasaron por un pasillo largo. Llegaron a una puerta de rejas vigilada por un policía, el cual al verlos simplemente bostezó luciendose cansado. 

— Ábrela — Ordenó uno que sujetaba del brazo a Jungkook. El policía obedeció y fue abriendo el candado que hacía que la puerta de gruesas rejas no sea abierta. 

— Bueno Jeon, admira tu nuevo hogar. — Habló uno de los policías adentrándolo hacia el interior.

— Pasarás mucho tiempo acá. — Se burló otro. Ambos esperaban algún tipo de reacción por parte del chico, una de miedo, de incertidumbre o de ansiedad. Sin embargo, cuando los labios de Jungkook se curvaron en una pequeña sonrisa, los hombres de uniforme se miraron confundidos. 

— Yo en tu lugar, no sonreiría ¿Acaso eres idiota?— Habló uno de los hombres.

Jungkook dirigió su mirada hacia el policía que acababa de hablar, sin borrar su sonrisa contestó. — Si usted estuviera en mi lugar... Probablemente estaría llorando de arrepentimiento o de miedo, y yo no siento nada de eso. — Dijo con soberbia en su voz.

Y es que el joven parecía no mostrar ni una pizca de arrepentimiento, ni una gota de culpa. 

Para él, todos esos sentimientos solo hacían débil a la persona, y Jungkook no estaba dispuesto a caer. 

El mundo estaba lleno de personas miserables.

Y en un mundo de miseria.

Los miserables ganan.

"P r i s o n e r    l o v e"
Taekook

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PRISONER  L♡VE ||  Kth + JjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora