Génesis: Nueva Vida

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Russia, Moscow. Septiembre 15 del año 2050. Me llamo Natasha, 12 años. Me encuentro observando la televisión junto con mis padres, que están sentados a mi lado en el sofá que heredamos de la abuela. Estamos completamente felices viendo un canal de ciencia e investigación, mi papá y mi mamá son científicos; para la suerte de los tres, yo heredé su interés por el mundo y por lo que aporta la ciencia.

Por este motivo, conozco la vida que llevan los científicos, ya que mis padres tienen como profesión serlo. Extrañamente están en casa, compartiendo bastante tiempo conmigo, me pregunto por qué será que mis padres están aquí, pues estoy más que segura que tienen un horario ajetreado, pero... no voy a negar que me hace feliz verlos aquí junto a mi.

Me coloco de pie y camino en dirección a la cocina, pues mi padre; Alek me ha pedido que le facilite un vaso con agua, curioso que cuándo me hizo la solicitud, a mi también me empezó a dar sed. Teniendo el vaso en mi mano derecha y caminando de vuelta al sofá en la sala de televisión, veo a través de una de las ventanas del corredor por el que estoy caminando, que la nieve al exterior de la casa se está volviendo bastante espesa.

En la escuela nos están diciendo que la evacuación del planeta será dentro de poco, de pronto ese es el motivo por el cual tanto mi papá como mi mamá me están acompañando en casa, para mi suerte, durante el proceso de selección se determinó que mis genes son aptos para el viaje estelar, en una extraña prueba en la que se analizaron todos y cada uno de los locus en mis cromosomas determinó que tengo una capacidad primitiva innata para la adaptación, sin embargo, no estoy segura de por qué eso es tan importante.

En el colegio nos enseñaron de genética nada más y nada menos que la herencia mendeliana, a pesar de que sé qué, en mis cromosomas se halla mi mapa biológico; no estoy del todo segura cómo es que logran mapear todo lo que soy en tan solo un par de horas, por mucho que leo e investigo no logro encontrar una respuesta que me satisfaga, pues padre y madre son científicos, pero ambos son ingenieros aeroespaciales; no saben mucho de biología, así que no me pueden explicar en detalle.

Esto y mucho más pensaba mientras observaba a través de la ventana la espesa nieve que muy lentamente se acumulaba a las afueras de la residencia. Por supuesto que, también me encontraba pensando en el fenómeno físico que ocasiona que se produzca la nieve. Verán, la nieve son en realidad cristales que crecen en la atmósfera mediante la absorción de gotitas de agua, cuándo colisionan, se unen entre sí formando los muy llamados copos de nieve, que al concentrarse ganarán peso, y cuando se vuelven más pesados que el aire, estos simplemente caerán y se concentrarán en el suelo, hasta que se derritan y se vuelvan agua líquida, evaporándose con el tiempo, permitiendo que el ciclo se repita de forma anual.

"Natasha, ¿que estás haciendo? te vas a perder el programa, y tu padre tiene sed hija" Mencionó mi padre, interrumpiendo de golpe mi pensamiento y  breve explicación.

"Si padre, voy en camino, ya te llevo el vaso con agua" Respondí al llamado, lo que me llevó a dirigirme a la sala de televisión, esbozando una gran sonrisa, pues el hecho de comprender el mundo y los efectos naturales me llenaría de gozo y felicidad.

Una vez en la sala de televisión, entregué el vaso con agua a mi padre, que se encontraba acurrucado con mi madre en el sofá, me vieron a los ojos en el momento en que entré, mostrándome una sincera y brillante sonrisa, llenándome de gozo y satisfacción con tan simple y sencilla acción, lo que me hizo pensar en cómo sería la vida con los dos en la flota estelar.

Me senté al lado derecho de mi padre, en el asiento vacío, reposando casi inmediatamente mi cabeza sobre su hombro, manteniendo la vista fija en el televisor, a través del cual se transmitían propagandas en ese preciso momento.

HUMANIDAD: En Busca de un HogarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora