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Caminaba por aquel inmenso clínico con una mueca adornando sus finos labios, donde esperaban sus resultados quizás número 53 de las últimas pruebas que habían hecho de su falla. Dejando escapar un pequeño jadeo al llegar a la sala del consultorio del doctor especialista en olfato de feromonas, caminó haciendo cortas reverencias a las personas sentadas en cada banca. El conocía que todos podían olerlo, por lo que no tendría problemas con nadie debido a un mal olor por parte de su alfa, al contrario, había escuchado un par de veces que su aroma era masculino y atractivo, sin embargo, el problema era que el no podía ni percibir más que perfumes comprados en factorías o en su defecto, perfumes que le molestaban en la nariz por lo fuerte de estos.

Se había sentado lo más alejado posible de todos, aunque varios, lo que supuso omegas entristecieron al no verlo interesado en sus aromas, no le importó demasiado y pasó de esa manera su espera a que todos los pacientes que habían llegado antes que él pasaran a la consulta con aquel doctor de mayor edad. Levantándose cuando su nombre fue llamado desde el consultorio del doctor, se levantó impacientemente y ésta vez por fin en sus ojos se veía un poco de añoranza, queriendo por alguna vez en su vida tener un resultado positivo en aquellos análisis.

— Tenías tiempo sin venir, Jeon. —Habló con una voz rasposa aquel hombre, quien se inclinó solo para dejar una caricia confortante en su hombro derecho, logrando formar en sus labios finos una pequeña mueca casi desapercibida como sonrisa.— Cada vez que entrego mis resultados te pido que no dejes de venir, JungKook, no puedes resignarte, sabemos que lo tuyo debe tener cura, pero...

— Soy 1% de 10 millones. —Terminó la oración con una pesadez increíble, mirando la hoja que tenía frente las manos arrugadas del señor. Éste al darse cuenta, tomó el papel con los resultados impresos y su mueca no mostró más que las otras veces.

— Esta vez pudimos darnos cuenta que tu problema fue ocasionado en tus primeras semanas de gestación, no sé si podrías confirmar una de las hipótesis que mi equipo y yo sacamos pero creemos que tu madre pudo sufrir algún tipo de abuso físico en su vientre que hayan hecho una mal formación en tu cerebro, donde el sentido no termina de captar el olor de las feromonas. Eres alguien que vive como si no existieran las clases jerárquicas, y eso da un poco de miedo y a su vez, tristeza.

Los labios de JungKook poco a poco bajaron a una mueca, todo apuntaba a que de nuevo saldría inconforme de ese lugar, roto, destruido y a punto del colapso mental y sentimental. No era que sufriera de depresión, pero no poder si quiera saciar sus celos por no reconocer el olor de los demás calaba justo en su ser y en su lobo triste, echado, con ningún propósito de levantarse.

El doctor había conocido al alfa de JungKook en su período de celo, y había notado esa conexión humano-instinto animal de la que había quedado encantado. Jungkook podía hablar con su lobo y consolarlo como si se trataran de dos personas distintas. Podía calmar su dolor con pequeños pensamientos, y ambos podían pensar como uno solo, incluso su lobo era destinado para ese joven.

— Pero pudimos descubrir que en efecto tu problema si tiene solución, pero no sabemos cuál. Tienes tus glándulas formadas, tu cerebro formó al pasar los años aquellos sentidos que faltaban en tu neurodesarrollo y tu nariz no presenta ningún tipo de problema que no sea que cuentas con un tabique desviado que no afecta en lo absoluto en tu olfato. Solo quiero que... —El doctor está vez dejó la hoja con los resultados de lado para levantarse de su silla giratoria y ponerse justo frente el azabache, tomando su mano con delicadeza, como si un padre le hablara a su hijo. — Quiero que sepas que no me rendiré hasta que tengas una solución con tu problema y tu lobo por fin levante de esa depresión que llevan cargando por años. Y te doy mi palabra de doctor que no me daré de baja hasta poder ayudarte.

JungKook por su parte con una explosión de emociones en su interior, apretó la mano de aquel hombre que lo había comenzado a tratar desde su primer celo, a sus prematuros 14 años, hasta ahora que tenía 23. Había sido el único doctor que había confiado en su lazo con su lobo, por lo que él le apoyó en su dolor en su corta vida al no tener a su parte animal tan presente. Sin embargo logró superar cada mal resultado que le daban de porcentaje de vida o de cura, y ahora teniendo a su instinto animal al tanto y tranquilo, nada ni nadie iba a interferir en que debía recuperarse de un futuro corto y de un problema con su nariz.

—Y yo le prometo no desistir. —Dijo con la voz apagada pero con ese tono seguro que hizo sonreír a Kim SeokMoon, haciendo que le entregara los resultados luego de un abrazo "profesional" y dos reverencias de despedidas.




¡Bienvenidos a Himala- a mi nueva historia!

Es una locura, pero espero les guste.
Estoy dedicando todo a ella, estoy dedicando mi tiempo,
mis ganas de escribir estupideces, todo. 

Este será un nuevo comienzo para mí,
y espero que una nueva historia favorita
para ustedes.

ALOHA. 


Sempiterno ➳ KookV.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora