Capítulo 1.

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Los nervios se podían notar en el ambiente de los 15 concursantes que se encontraban en la academia, aún estaban esperando saber quien era el último miembro de la nueva familia que iban a formar. Muchos estaban ansiosos por saber quien iba a ser esa persona, otros estaban todavía con la impresión del lugar donde convivirían durante 3 meses como máximo. La adrenalina de la nueva etapa que todos estaban a punto de empezar se podía palpar con las manos.

Se reunieron los triunfitos delante de la puerta giratoria con el emblemático símbolo de OT para recibir al último aspirante. Cuando se abrió la puerta, apareció un Carlos Right con una mirada centelleante de alegría, ni él ni el resto de sus compañeros se resistieron a abrazarse.

Tras recibir a Carlos y hacer un pequeño tour por toda la academia, se dio por finalizado el chat de esta gala de inicio. Después de esto se decidió el reparto de camas y de armarios para poder deshacer las maletas y comenzar a sentirse como si aquel lugar fuese su nuevo hogar. Mientras lo hacían, se dedicaban palabras de cariño, compartían risas y charlas que se alargaron hasta que entraron a la habitación.

Nadie pudo dormir demasiado esa noche, todos se pusieron a hablar y cantar hasta caer rendidos hasta las tantas de la madrugada; todos menos una persona: Carlos. Ni él mismo sabía el motivo de su insomnio, quizás se sentía inferior a los demás por no haber cruzado la pasarela junto a ellos y tener que esperar a que el público decidiese si era digno o no de poder formarse profesionalmente como artista. Con una sacudida de cabeza para eliminar todos esos fantasmas, se tumbó en su cama y se giró hacia la derecha para abrazar al vacío; ya que ahí es donde colocaba siempre su cojín para abrazar cada noche y sentirse protegido. Al no tener nada a lo que aferrarse, se le hizo aún más complicado descansar, pero por el cansancio y los nervios acumulados de esos días pre-gala 0 le hacían mella y no pudo resistir el abrazo de Morfeo.

El primer despertar en la academia fue con energía a pesar de no haber dormido nada, incluso para las personas que odiaban madrugar como María y África. Sonaba una melodía que era característica de todos los Reggaetones, solo un par de personas (entre ellas Alfonso, Marilia y Marta) se animaban a cantarla y bailarla a esas horas de la mañana.

El desayuno transcurrió como si de un día de acampada se tratase, hablando de sus vidas, de sus actuaciones y especulaban sobre los posibles duetos que les tocarían esa misma tarde. A pesar de ser el primer día juntos dentro de la academia, se podía apreciar que había cierta complicidad entre algunas personas, ya sea porque habían compartido castings o porque tenían mucha afinidad.

Así fue como discurrió el resto de la mañana, con un repaso de gala muy positivo para ser el comienzo de la nueva edición de Operación Triunfo. Al ser el primer día a penas tenían material con el que trabajar, por ello algunos se fueron a cantar a algún box a a alguna de las otras salas de la academia o simplemente se tumbaron en el sofá a hablar y conocerse un poco mejor, al menos eso es lo que hicieron Noelia, Alba, Natalia, Damion y Famous. Dave se fue a la sala donde habían visto las actuaciones de la noche anterior, para su sorpresa se encontró al último en llegar a la academia la noche pasada, estaba tocando la guitarra; no se había fijado esta mañana en sus ojos, parecían más cansados de lo normal.

- Huy, no sabía que estabas tú aquí ¿Puedo quedarme? - Dijo el Sanluqueño con un toque de preocupación.

- Sí, así nos hacemos compañía.- Intentó sonreír de la manera más convincente que pudo, ya que quería pasar un rato a solas y tocar para desconectar de todos aquellos pensamientos que lo torturaron de madrugada hasta que cayó rendido.

Dave se sentó en la parte izquierda para poder observar bien a su nuevo compañero de sueños, literalmente porque les había tocado la misma litera. El catalán no dudó ni un segundo en intentar seguir tocando y cantando algunas canciones, incluso probó a cantar alguna de sus canciones favoritas en catalán. Hasta ese momento solo se habían intercambiado algunas palabras de elogio y varias miradas, el mismísimo Dave se autodenominaba como un buen observador, y vaya que si lo era. La vista del más alto parecía, o pretendía, desentrañar el misterio de su poca alegría en el primer día; Carlos lo sentía mientras tocaba y no podía evitar ser recíproco con las miradas.

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⏰ Última actualización: Oct 21, 2018 ⏰

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