Tristeza.

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Su pecho se siente incomodo. Las lágrimas de sus ojos aparecen, pero no se escurren. Su nariz pica, y contiene en pequeños lapsos la respiración. Su cabeza no la deja tranquila. Le gustaría tener una maquina del tiempo para arreglar su error, pero no existen. De repente aprieta fuerte sus labios, evitando que cualquier sonido salga. Su cara entera se arruga, y solo una lágrima atrevida se anima a recorrer el borde de su rostro, pero solo una, por que apenas se de cuenta de eso, respira hondo, muy hondo, hasta que sus pulmones duelen, entonces intenta calmarse, pero al soltar el aire, un jadeo acompaña el atrevimiento de esa lágrima y de igual manera se escabulle entre sus cuerdas vocales y se escapa. En ese momento ella ya no pudo contenerse, y todos los sonidos de agotamiento que su garganta tenían para liberar se escapan, y acompañan todas las lagrimas que su alma tenia cautivas en lo más profundo de su ser.

CicatricesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora