El comienzo

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El siguiente escrito presenta temas sencibles como la violencia a menores, se recomienda discreción.

Hola, soy Gabriel y esta es mi historia. Vamos a ir desde el comienzo.
Mi padre decidió no hacerse cargo de mí así que mi madre y yo nos valimos por nosotros mismos hasta que tuve 4 años pues ahí conoció a un hombre que optaría por "adoptarme" como su hijo. Al principio todo iba bien, salíamos a cazar, me creó un amor por los autos y motos, también por los militares. Era todo lo que podía pedir pero, claro todo lado bueno tiene un lado malo y los niños se portan mal y hay que castigarlos pero ¿hasta qué punto? Tal vez una nalgada, un apretón en la muñeca pero los cinturones eran pesados, como olvidar cuando tuve que faltar a clases para que no vieran aquel moretón. Esa violencia continuó, me creó un miedo tan intenso que el simple hecho de que alguien hiciera un movimiento brusco me creaba un pánico tremendo, su violencia siguió hasta mis 13 años cuando él se fue de casa. Pero seguía vivo, seguía en la misma ciudad y tenía que visitarlo.
En esas visitas a veces la violencia seguía, tal vez ya no era físico pero sí psicológico y eso me comía la cabeza. Celina sabía esto pues ella era una buena amiga con la que no hablábamos mucho pero a veces le contaba lo que ocurría. Le comenté, una vez, lo solo que me sentía a veces. Entonces, luego del receso de vacaciones de verano ella vino con una novedad, un libro. A mí ni siquiera me gustaba leer pero este nisiquiera tenia una ilustracion en su portada, era un libro de tapa dura muy gastada casi sin color, era de un bordó viejo y tenía detalles en dorado que ya estaban gastados. En su lomo estaba el nombre del autor  Lewis Carroll. Al abrirlo pude ver unas páginas gastadas y amarillentas, no tenían la suavidad de las hojas de los cómics o de los libros nuevos; Alicia en el país de las maravillas ."Creí que podrías ir con ella un rato, bueno…a despejar tu mente" exclamó Celi quien me guiñó un ojo y volvió a su salón pues el recreo había terminado hacia poco; decidí hacer lo mismo tras aceptar el libro, decidí guardarlo y llevarlo a casa. Esa tarde tendría que ir con mi padre.
Luego de clases me fui a la parada de ómnibus y me tomé un colectivo que me dejó a unas cuadras de la casa de él, pensé todo el día de qué podría tratar ese libro, tal vez una joven que iba a un mundo perfecto,tal vez ella iba al mundo de sus sueños, quién sabe.
Al llegar, las horas pasaron con incomodidad. Rogaba que me mandara pronto a mi cuarto y así lo hizo, me dijo que fuera a hacer los deberes y, una vez solo, saque aquel libro para volver a abrirlo. Las páginas amarillentas emanaba un olor insoportable que me hizo hacer una mueca de asco pero seguí adelante y comencé a leerlo.

Basado en hechos realesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora