- Capitulo único -

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El día siempre comenzaba con un beso de parte de Hoseok. Era una rutina ya establecida.
Y cada día se sentía como si hubiera sido su primer beso, como si fuesen dos niños de vuelta y como si fuegos artificiales estallaran a su alrededor.

Siempre era así. Apenas sonaba la alarma a las nueve de la mañana, sus labios se encontraban con ternura. Era la mejor forma de despertar.
Solo Hoseok podía hacerle despertar todos sus sentidos en cuestión de segundos con ese necesario y adictivo rose.
Taehyung tomaba distancia, sonriendo sobre los labios ajenos. Para ese momento, ya sus mejillas estallaban en carmesí y un intenso cosquilleo poblaba su estómago.

-Hobi...- Suspiró con una sonrisa, aún sin abrir los ojos.
Hoseok supo que otro buen día empezaba para ellos dos después de su cálido primer beso de cada mañana.
Se apartó del menor, y se dirigió a la cocina de su departamento compartido para preparar la primera taza de café del día. Sabía de memoria como le gustaba su café, años conviviendo juntos se lo habían enseñado.

Al tener ambas tazas listas volvió al dormitorio, solo para encontrarse con que su pareja se había vuelto a acomodar entre las sabanas y había caído dormido una vez más. Dejo las tazas en la mesa de noche y tomó asiento junto a Kim.

-Tae...- Murmuró. Pese a que el otro se cubría completamente con las sabanas, no le importaron estas y le abrazó por encima, rodeando su cuerpo lo más que le era posible con ambos brazos.- Es hora de desayunar.
Insistió un poco más, dejando un beso sobre las sabanas, donde sabía que estaba escondida la cabeza del menor.
Taehyung se asomó apenas, como pudo, siendo que el peso del mayor inmovilizaba las sabanas. Dejo ver la mitad de su rostro, pero eso fue suficiente para que Jung le atacara con sus acogedores labios. Primero dejando un beso en la punta de su nariz, seguido por sus dos mejillas, y finalmente cualquier hueco que hubiera dejado en su rostro. Lograba con eso sacarle una traviesa sonrisa a su novio, y unas leves carcajadas que intentaba ocultar pero que seguían siendo audibles. Música para sus oídos.
Finalmente logró que Taehyung se deshiciera de las sabanas que cubrían su rostro con totalidad, y sus labios se encontraron una vez más. Otra vez era un roce cálido, otra vez los fuegos artificiales estaban ahí. Otra vez podía sentirse completamente enamorado.

Apenas terminar el desayuno, Jung supo que tendría que alistarse para ir al trabajo. Buscó la camisa que había preparado el día anterior, junto con sus pantalones y su corbata. Y cuando terminó de alistarse escuchó la voz de su pareja, quien aún seguía en cama.

-Te ves bien.- Dijo con una sonrisa la cual Hoseok respondió con una similar.
-¿Me esperas para cenar?
Antes de que Taehyung respondiera, el mayor se acercó hasta la cama, dejando otro delicado beso sobre su frente, y una vez más sobre sus labios. Aprisionó con cuidado el rostro del joven entre sus manos, causando que después de su separación, Kim inmediatamente extrañara su tacto.

Finalmente se fue por la puerta principal, dejando a Taehyung en su lugar, con muchas preguntas en la boca. Quizás tendría que responderlas por su cuenta.
Con eso en mente, se puso de pie por fin. Primero llevaría su taza de café a la cocina, luego indagaría.
Para unir su habitación y la cocina había un pequeño y estrecho pasillo por el cual era inevitable pasar. Este estaba plagado de fotografías de ellos dos donde fuese, durante toda su vida juntos.

Cada mañana Taehyung se paraba a ver las fotos, y cada mañana una sonrisa de oreja a oreja poblaba su rostro.
Dejo la taza por fin, y comenzó a recorrer su departamento. No tardó en llegar a la sala, donde había una mesa de madera, y sobre esta una nota bastante larga de parte de Hoseok. Ya la había leído antes, siendo la última vez el día anterior, pero tenía la necesidad de leerla una vez más.

El día era aburrido, el esperar por Hoseok era aburrido. No podía dejar de observar las manecillas del reloj, sin nada mejor que hacer. Lo extrañaba, quería otra vez sentir sus abrazos acogedores, quería sentir sus besos sobre su piel y quería que le hiciera sentir fuegos artificiales una vez más.
Ya se estaba haciendo la hora de cenar y Jung todavía no había aparecido, pero aun así, Taehyung se acercó hasta la cocina para por lo menos tener la comida ya preparada cuando este se presentara por fin.

En cierto momento creyó escuchar la puerta principal abrirse, pero de forma muy suave. No pudo prestarle atención puesto que sus dos manos estaban ocupadas en ese momento.
Más sin embargo, antes de que siquiera pudiera moverse, dos brazos rodearon su cintura y un par de labios con forma de corazón plantaron un suave beso en su mejilla.

-¿Qué estas cocinando?- La familiar voz de su pareja se hizo presente.

Hoseok se apoyó sobre el hombro del otro mientras reforzaba su agarre en el cuerpo ajeno. Taehyung no le dijo nada, disfrutaba de ese tacto repentino, aunque le hubiera asustado un poco.

Otro día de lo mismo que se acabó fácilmente. Después de la cena, ambos se acurrucaron para descansar una vez más. Hoseok le sostuvo entre sus brazos como si se tratara del tesoro más precioso del mundo, y la verdad lo era, por lo menos de su mundo. Sabía que en algún momento a la madrugada se separarían involuntariamente, pero mientras pudieran sostenerse mutuamente para dormir como si de un peluche se tratara el otro, le era suficiente.

Otro día comenzaba, y otra mañana que no estaba listo para afrontar. El despertador sonó una vez más a las nueve de la mañana, y una vez más fue Hoseok el primero en despertar. Una vez más, se quedó admirando a su pareja los pocos segundos antes de que el otro despertara para apagar la alarma.
Taehyung por fin despertó, girándose en dirección al teléfono que descansaba sobre su mesa de noche y apagó el despertador de este. Confusión era el primer pensamiento que le atacaba. Confusión al darse cuenta de donde estaba.
Rápidamente inspeccionó la habitación con la mirada, y su confusión creció cuando se encontró sobre el colchón a otra persona. A un chico que parecía mayor que él, pero que no le resultaba nada familiar.

-¡¿Quién eres tú?!

Era entonces que Hoseok recurría a su arma secreta. Se acercaba sin dudarlo hasta su novio y plantaba un beso sobre sus labios. Sabía que más temprano que tarde, Taehyung terminaría cediendo.
Y así era. En el segundo en que los fuegos artificiales se hacían presentes, sus memorias sobre Jung Hoseok resurgían.

Así había sido desde su accidente.

Ya hacían tres años de ello, cuando su memoria comenzó a fallar. La única cosa que podía hacerle acordar a Hoseok era el beso que compartían cada mañana, como si fuera el primer beso una y otra vez. Cada día debía recordarle una y otra vez todo lo que había pasado desde entonces. Sus pequeñas vacaciones, sus citas, sus encuentros cada noche; todo lo dejaba en las pequeñas notas que siempre se encontraban sobre la mesa del comedor o en las fotos de los pasillos.

Y cada día Taehyung volvía a enamorarse de él una y otra vez. Era un sentimiento muy fuerte, inigualable, único para Kim Taehyung. Y lo único que podía hacerle acordar al mayor. Al menos por ahora.

Los doctores le habían advertido que algún día dejaría de funcionar, algún día Taehyung se olvidaría completamente de él, y sabía que ese día estaba cada vez más cerca. Antes Taehyung tardaba semanas en olvidarse de él, y ahora solo le tomaba 24 horas para borrar su relación de su memoria. Y llegaría el día en que ya no podría ni recordarle por una hora... y gradualmente ni por un segundo. Llegaría el día en que no sonreiría contra sus labios al recordarle.

Pero Hoseok era fuerte...
Aun así cada día se sentía como el primero, aun así mantenía una relación con alguien que necesitaba recordar que lo amaba. Aun así su vida entera se había venido abajo después del accidente. La pequeña caja aterciopelada con un anillo que guardaba celosamente era prueba de ello. Estaba a punto de entregársela, a punto de realizar la pregunta... y entonces eso pasó. El peor día de su vida pasó.

-¡¿Quién eres?!- Cuestionó iracundo.- ¿Por qué me besas? ¿Dónde estoy?

O quizás ese fue en realidad el segundo peor día de su vida, y este era el primero. Cuando los fuegos artificiales dejaron de estallar definitivamente.

Fireworks [ Vhope]Where stories live. Discover now