Día 4

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Asuna y yo estamos sentados juntos en una banca de madera, contemplando un campo de hierba larga y verde jamás rozada por las cuchillas de ningún cortacésped.

Los capullos blancos y amarillos de la maleza y las flores silvestres se balancean ligeramente con una brisa, repartidos en manchas irregulares.

Estamos en el porche de nuestra casa en el piso veintidós, sólo nosotros dos pasando un momento agradable.

-Me encanta el sol -comenta ella, e indudablemente resulta hermoso como su blancura brillante e intensa baña la hierba. Aunque no tengo ninguna sensación de su calor en el cuerpo, después de todo no es el sol real, es sólo el sol de este mundo donde el clima siempre está agradable.

-Es tan extraño que en este mundo todo se sienta tan real y a su vez no - continúa ella, verbalizando mis pensamientos, mis labios se curvan hacia arriba, es increíble como en ocasiones estamos en la misma sintonía.

Observo su rostro que se encuentra relajado y sonriente. Su cabello permanece quieto sobre sus hombros, excepto por unos cuantos mechones sueltos junto a su garganta que se ondulan con la brisa.

Alargo la mano, seguro de que no se estirará lo suficiente, pero mi palma sube hasta su hombro y noto su cabello entre los dedos. Al tocarla, siento un intenso alivio. Está a salvo. Ilesa. Con el sol en las mejillas.

Asuna, mi Asuna esta aquí conmigo y esta bien. Ese conocimiento hace que la opresión en mi pecho se relajé. Durante dias he tenido una extraña sensación, siento como que esto fuera un sueño y que al despertar todo va a desaparecer y me encontraré en una realidad donde ella no me recuerda, pero me digo a mi mismo que eso no pasará, el incidente con Ordinal Scale ya termino y no se va a repetir, estamos juntos y eso es lo que importa.

- ¡Mira!- exclama ella, y sonríe. Haciéndome olvidar mis perturbaciones - es hermoso - suspira.

Hay muchos árboles bordeando nuestra casa y entre los troncos se distingue la silueta de un ciervo. Es una forma oscura que surge y se oculta, recordándome a cuando se borra un dibujo a carboncillo. Luego desaparece. - si, los ciervos son algo lindos - digo aun observando el lugar donde el pequeño animal desapareció.

Asuna se acerca más a mi. Ahora tiene todo su cuerpo apoyado sobre mi costado.

-¿estas cansada? -le pregunto. -Te dijeron que debías dormir ya que la regeneración de tus dendritas neuronales es más rápida si duermes por montones, tal ves no es buena idea que estemos aquí, deberías estar durmiendo, lo nesesitas. -

- estoy bien - responde - mi cuerpo está muy cómodo descansando en mi cama y quiero estar aquí, así, contigo. Además en el mundo real mamá estará esperándome con otra charla sobre lo jóvenes que estamos y lo mucho que nos estamos apresurado -

Bajo los ojos hacia su mano izquierda más específicamente a su dedo anular donde descansa una banda plateada igual a la que se encuentra en mi pripio dedo. Su anillo de matrimonio, pero fuera de este mundo descansa el anillo que le di. Uno real con un significado real detrás y el que su madre debió haber notado.

Sonrío mientras le retiro un pequeño escarabajo que estaba subiendo por su mano antes que lo note y se asuste. Aterriza de espaldas, retuerce las patas, pero rápidamente se pone derecho y sigue su camino.

Rodeo a Asuna con los brazos y la atraigo más a mi. - Así que lo vió, ¿que más dijo? - Le beso el hombro y la curva de su cuello mientras espero su respuesta.

- oh ya sabes - suspira - que somos demasiado jóvenes, que es demasiado pronto, que nos desenamoraremos y nos daremos cuenta que cometimos un error y ¡¡oh mi Dios, dime que no estás embarazada!! -

🅕🅞🅡🅔🅥🅔🅡 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora