Capitulo 2

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Dolor, solo una pizca de esto, y tendrás de sobra para toda la vida...

Pero, la pregunta real es, ¿estoy yo viva?

Thiago, mi hermano estaba inconsciente, tirado en medio de la carretera, dolor, era eso lo que yo sentía, pero, claro, era dolor emocional...

No, mamá no merece perder otro hijo, no, el es mi hermano, y la idea vino a mi, tal vez podría, ¿se podrá?

Solo necesite pensarlo para que todo sucediera... Solo necesite un buen argumento para sacarlo de ese dolor, y es que, ¿qué clase de torturadores serían si no seden todo su dolor físico a mi?, y les di lastima, esa es mi teoría.

Sentí como mis pequeñas piernas temblaron, una de ellas estaba rota, me comenzó a doler la cabeza, y mi hombro, estoy segura de que lo tengo dislocado. Y Thiago se levantó como si nada, como si no hubiese chocado con un auto, y en ese momento, sentí que mi dolor físico valía la pena.

Él se acercó a pasos largos, y mis ojos se llenaron de lagrimas;

- ¿Acaso nunca has visto a un niño resucitar y escaparse de la muerte? -- dijo con esa sonrisa tierna

- Sí, sí lo he visto, pero nunca a mi hermano -- dije sonriendo

- no soy tu hermano -- dijo, de manera cortante, fría y hasta podría decir que enojado.

- Pues, lo siento, ya cumpliste el último requisito -- dije

- ¿Y cuál es? -- dijo aún de manera cortante

- Chocar con un auto en tu bici por querer salvar a tu hermana del remordimiento que iba a sentir por matar a el pájaro -- dije y soltó una carcajada

- Dulce niña, vamos a casa

Y así fue, Thiago monto mi bici, y me llevó en la canasta de la misma. Claro yo no podía caminar, y el dolor era terrible... Thiago me llevo a mi casa, y metimos la bici por el garaje. Invite a Thiago a cenar en mi casa, y el gustoso acepto, luego entramos a la casa, y él no paró de hablar de su accidente y como salió ileso de todo.

Yo intentaba a toda consta de que mis padres no vieran los moretones que me estaban saliendo, y la pierna rota.

Pensé en visitar a Izzy y contarle todo. Tal vez, ella sabría que hacer.

...

- ¿enserio eso se puede? -- dijo ella -- Es decir, hubiese deseado eso para ti, cariño, no quería que sufrieras

Me sonroje.

- Lo que dijiste fue muy lindo -- Susurré

Izzy seguía curando mis heridas.

- Aprendí a sanar cuando fui aprendiz de una especie de mago en China. No te imaginas de lo mucho que comí -- dijo con una sonrisa picara

- Entiendo -- murmuré

- Esa raro hablar de esto con una niña -- siguió hablando -- físicamente hablando

- Sabes, Izzy, estoy algo resentida contigo aunque en este momento me estés curando

- Sabes que aunque quiera no podía hablarte de mi situación como requiens

- Eso lo entiendo, pero no estoy resentida por eso -- dije acariciando mis manos

- Entonces, ¿por qué, cariño?

- Me echaste a la calle, me arrojaste, te deshiciste de mi...

- No puede ser, ¡Eras tú!, amiga, créeme, yo no quería, he pensado en esa hermosa perra todo el tiempo, tal vez no pudo ser la mejor manera, pero era por mi salud...

- Sí, si -- dije -- Ya, solo era broma, entendía tu situación -- En realidad seguía furiosa, ¡¿por qué no me dio en adopción?!

Seguimos hablando de nuestras resurrecciones.

- Después, cuando Robert se enteró, intentó matarse, dijo que te amaba y no podía soportarlo, ahora mismo está en un hospital de sanación... -- decía mientras ponía un gel caliente en mi hombro -- Fue un escándalo, yo le golpee, o sea, después de utilizarte para solo sexo, viene y tiene el descaro de hacer ese drama...

Ella seguía hablando, yo escuchaba a medias, en mis pensamientos, y por una extraña razón, yo solo pensaba en que estaría haciendo Thiago ahora.

Thiago es mi hermano, ¿cómo un niño tan dulce puede ser mi hermano?

No quería comentarle a Izzy como mi hermano se me había declarado, aunque en mi otra vida, yo le contaba absolutamente a Izzy, tal vez, es porqué me siento traicionada, o sea, yo sé de su condición, y sé que no podía contarme, pero, es que simplemente me siento así, además, cuando la necesité siendo una perrita desamparada, ella solo me abandonó. Toda esa confianza se fue a la mierda, Izzy era mi mejor amiga, pero ahora no, sé que son argumentos estúpidos, pero así me siento, me siento herida, traicionada, es como si Thiago fuese mi única persona en la que pueda confiar, y me siento miserable porqué un niña tan bueno como él, no merece verdades a medias, él merece que le cuente la verdad, y pensar que no puedo hacerlo, me hizo llorar.

Y me odie, odie mi llanto de niñita. Odie todo, odie mis decisiones, odie no poder controlar unos cuantos problemas, seguramente, de ser más ordenada, no me hubiese suicidado y no estaría sufriendo por esto ahora.

- Listo, amiga, ya estás curada, solo necesitas un descanso, si lo deseas puedes dormir aquí y...

- No -- interrumpí -- Soy una niña de 12 años, no puedo quedarme aquí, mis actuales padres deben de preocuparse mucho por mi retraso.

- Entonces ven cuando quieras -- dijo con una sonrisa

- Eso intentaré, adiós, gracias Izzy -- dije no muy convencida de mis palabras, ella quedó mirándome extrañada, yo le di una sonrisa forzada, y me dirigí a la puerta.

Cuando salí, solo pensé en nunca más volver.

Dulce niñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora