One-Shot

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En el directo de Staxx ocurrieron una serie de sucesos que hicieron que Vegetta perdiera la paciencia que le quedaba. Willy y Frank se encontraban haciendo unas vías de tren cuando el último mencionado subió a ver el sonido que era como si estuviesen matando a un creeper. Era Vegetta que lo estaba matando y al verlo tan vulnerable y además, grabando su video para youtube decidieron molestarlo un poco. Pero como toda broma, hay que ponerle un final, Willy no encontró momento oportuno para parar, al estar divirtiendose tanto que su compañero Vegetta lo mató. Se lo había merecido, después no paraban de molestar a Vegetta que hasta tuvo que parar su grabación. Estaba realmente enfadado pero no con Frank, con el también pero lo que más le dolía era que Willy no paraba de decir que le había quitado 29 niveles de experiencia y que se le habia ido la olla.

Staxx paró el directo e inmediatamente Willy se desconectó corriendo a la habitación de su compañero de piso. La puerta, raramente estaba cerrada con llave.

- Samuel, ábreme. -decía Guillermo desde la puerta llamando repetidamente- ¿Samuel?. No se oía a el grabar ni comentar ni nada asi que decidió seguir insistiendo.

- Vegetta que me abras. - no paraba de repetir formulandose dos simples preguntas a las que ellas mismas se contestaban solas. ¿Estará enfadado conmigo?¿No querrá verme? Guillermo ya hacía bastante tiempo que estaba enamorado de su atractivo compañero. Él sabía que Samuel sentía algo también pero ninguno de los dos quería reconocer nada.

- ¡Guillermo vete de aquí no quiero verte! Como sigas insistiendo va a ser peor. - gritó el mayor desde su habitación tumbado en la cama meditando sobre su pelea con Willy en Karmaland. Le había cabreado mucho y ahora seguro que el menor venía a reprocharle lo que había hecho y se negaba. - Si piensa entrar aquí se estará calladito. - pensó Vegetta sonriendo de lado teniendo una idea muuuuy ingeniosa. Willy en cambio estaba al borde del abismo , de derrumbarse pensando que había perdido ya por completo a Samuel, SU Samuel. Y no, no se refería a la serpiente, se refería a aquel chico con el que se había mudado a LA, con el que había compartido momentos inolvidables, ese chico, el que el amaba. Asi que no se rindió y seguía aporreando la puerta como si no hubiese mañana. Vegetta lo advertió que si no paraba algo peor pasaría así que energicamente se levantó de la cama abriendo la puerta de un solo golpe cogiendolo por la mano al más bajo que se encontraba con la mano para llamar algo boquiabierto.

-¿Qué te he dicho Guillermo? - le preguntó achicando los ojos relamiendose los labios. “Guillermo” el mencionado se había perdido ahí en la forma en la que pronunció su nombre con cierta picardía- Guillermo responde. -otra vez el nombre que hacía que sus mejillas ardieran levemente pero, por el dolor que estaba sintiendo en su brazo, fuertemente agarrado presintió que algo no iba bien.

-V-vegetta me haces daño-le miró haciendo una mueca de dolor intentando zafarse del agarre-.

-Te lo dejé bien clarito que si seguías molestandome te ibas a ganar una buena, y tú lo has querido, vas a gritar, asi que preparate. - su voz era más ronca quizás algo seductora como siempre. Cogió al menor por el brazo al que estaba apretando fuerte y lo tiró a la cama sin contemplaciones.

-Samuel, ¿qué vas a hacer? ¿Estás enfadado conmigo? - preguntaba Guillermo escabullendose, o al menos haciendo un esfuerzo para lograrlo algo temeroso, a decir verdad nunca había visto así al mayor.

-Te voy a castigar por portarte mal chiqui. -le sonrió picaro, cosa que no se esperaba, era una sonrisa de esas que te derrites y sientes como todo se desvanece y solo quedas tu y esa hermosa sonrisa proveniente del hombre al que amaba y al que ahora tenía encima mirandolo a los ojos. - No debiste haberte portado así conmigo, me has hecho mucho daño pero no más del que te haré yo. - esa frase obviamente iba con segundas, Vegetta empezó a morderle fuertemente el cuello dejando marcas rosadas en el blanquecino cuello de Willy.

-S-samuel, ya ¿pero qué mierdas haces? - gritó bastante agudo siendo callado por los hambrientos labios del nombrado.

-Voy a tener que lavar esa boquita tuya, chiqui. Además de portarte mal, mal hablando; fuuuu chaval, me has cabreado. - volvia a sonreír aunque paró para morderle los labios haciendo que Willy soltara un suspiro, ya empezaba a estar excitado cosa que a Vegetta le estaba encantando. Le quitó la camiseta de un solo golpe sin cuidado alguno mordiendole toda la extensión de su torso- ¿Ves esto Guillermo? - le formuló la pregunta señalando las marcas que había dejado por los hombros, cuello y tronco. El menor solo pudo asentir con las mejillas coloradas- Pues esto va a ser solo el comienzo de tu castigo. -le guiñó el ojo lamiendo uno de sus sonrosados pezones mordisqueando un poco mientras de fondo, como si de una banda sonora se tratase oía como Guillermo luchaba por no dejar escapar ningun gemido, escapandose alguno que otro. ¿Esto se podía denominar violación? Se preguntó para el mismo el de cabellos rebeldes, el no quería violar al pequeño solo queria hacer un castigo decente. Paró un segundo deteniendose a mirarlo, no, obvio que no iba a ser una violación Willy lo quería igual o incluso más que él, su cara de placer y la poca resistencia que ponía lo delataba.

-Enserio Sam-Samuel perdonam- el mayor no le dejo terminar colocando una de sus manos en el miembro de Guillermo moviendola con suavidad haciendo que se estremeciese notando ya el bulto crecido.

-Uf chavaal haber si al final el castigo te gusta -reía apartando la molesta prenda que eran las calzonas de Willy junto con sus boxers de color verde, un verde que de repente hizo sonreir a Samuel como si fuera un chaval de quince años enamorado. Le parecia muy inocente y dulce. Miró su virilidad relamiendose los labios, se levantó, se quitó la camiseta y se sentó en su silla contemplandolo, dejándolo así.

-¡Samuel! ¿Pe-pero qué haces? -le preguntaba histérico Willy, al ver que no hacía nada más, ahora entendia que su castigo no era que lo iba a violar (más o menos) era aún peor, le iba a dejar así de caliente y no iba a continuar. ¡Dios mío! El peor castigo del mundo.

-¿Que te ocurre Guille? ¿No ves? He parado, ¿o acaso querías continuar chiqui? - picaro se desabrochó sus vaqueros dejándolos caer muy lentamente, a lo que hacia que Guillermo se volvia loco por momentos. Su cordura ya ni existia y la vergüenza mucho menos. Se levantó dificultosamente de la cama montándose encima de las piernas de su sentado (y asombrado) compañero de piso. Lo agarró de sus cabellos recordandolos mucho más largos la ultima vez que los tocó haciendo que se fundieran en un salvaje beso, sintiendo el miembro despierto del más alto debajo de él pidiendose liberar de la tela.

Samuel ... perdón, ¿me perdonas? ¿o vas a seguir castigandome? -se mordió el labio inferior suplicante de que le perdonase pero a la vez siguiese continuando.

-Las dos cosas si. Y ahora, las cosas se van a hacer a mi modo. -lo cogió al terminar la frasse por su trasero mientras el otro enroscaba sus piernas por la cintura apegando sus miembros, produciendo escalofríos de placer en ambos.

-A-aaaaah - gruñía y gemia Guillermo siendo arrojado de nuevo a la cama bocabajo. Samuel metió un dedo suyo en la boca de Willy para que lo lubricase el mismo. Proximamente ese dedo estaba en el interior del pequeño junto a dos más. Guillermo al principio no estaba acostumbrado pero al tercero introducido ya estaba en completo placer, disfrutando. Pero ahora venía algo más grande, Samuel giró a Guillermo, quería ver su cara cuando lo hiciera suyo. Sueño de ambos desde hace tiempo. Samuel tragó saliva y en un movimiento seco introdujo su miembro, del cual estaba muy orgulloso, en el interior de Willy. Este gritó no lo pudo ocultar, casi se desgarra la garganta. Le había dolido, como era normal pero a Samuel le daba igual, o intentaba aparentar aunque en su interior los nervios le invadian y queria saber si el menor estaba bien. Al ver que el rostro de Guillermo se relajó un poco empezó un vaivén lento pero fiero, Guillermo agarrado a la esculpida espalda del mayor arañandola y este estaba con las manos en su cintura para tomar más velocidad. Ambos gemían el nombre del contrario, resonando en las paredes de la pequeña habitación de LA.

-Guille m-me vengo; -dijo Vegetta en su oído mordiendolo, cosa que hizo que el menor diera su último grito corriendose entre los dos cuerpos junto con Samuel en el interior de él.

Sus respiraciones seguían agitadas pero Vegetta decidió hablar.

-Para que sepas que a mi no se me lleva la contraria, cabezón.

-Te la llevo si quiero chaval. -reía dándole un pequeño beso en la frente- Te quiero Samuel

-Yo más Guillermo, que sepas que seguiré castigandote así, me ha gustado. -le devolvió el beso en la frente riendo quedándose ambos dormidos.

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No me lleves la contraria, cabezón. (One-shot Wigetta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora