Encuentro con Dios
Sórdido y exaltado por aquellas planicies infinitas y llenas de colores, llanuras sin fin, caminé en aquel valle de locura alegrando mi alegría, desterrando mis victorias y anhelando mis derrotas.
-¡Mi único Dios es mi libertad! -exclamé impaciente ante las tenues miradas de mis opresores-. Mi voz se elevó más allá de donde reposan mis sueños y como briza de invierno arraso congelando sus deseos, marchitando sus miradas.
-¿Dónde está tu Dios ahora? -susurró una silueta familiar con voz de nostalgia-.
-Corrompido por deseos ajenos, inundado de miedos ocultos y anonadado por lo inesperado. -respondí con vergüenza-
-¿y si Dios ya no esta en ti? ¿Si su existencia solo fue finita en tu ser? ¿Como podrías encontrarlo de nuevo aquel camino entre espejos?.
Aparte la mirada, y una sentimiento de felicidad lleno mi alma, al ver que hacía el horizonte,las plenitudes infinitas llenas de su interminables posibles vidas.
tras meditar algunos minutos, levante mirada, hacia el cielo estrellado, con la firmeza y alegria exclame; ¡Benditos espejos, que me llevan a Dios solo por el echo de perderme ante ellos y ¡encontrar mi razón para encontrarlo!. ¡Benditos opresores por cuestionar mi verdad, a cambio de sus risas!.
Ya que mi miedo, a la esclavitud eterna de mi ser me ha llevado, a observar mas allá. el vuelo de eterno del águila, la quietud de las planicies en la espera de la una nueva estación.
-Caminando lentamente, y alejándome de aquellos entes-, comente a impregnarme de nuevas emociones llenas de vida. mis alegrías,mis derrotas, mis sueños, mis miedos. todos juntos en un solo tono brotaban de mi ser hacia las estrellas.
Ya un poco distante de aquellos espejos, que se difuminaban lentamente paso a paso. En mi cabeza solo unas pocas palabras resonaban;mi dios esta en mi con solo en echo de buscarlo, nunca lo perdí ya que es cada fragmento, hueso y acción, que glorifique su libertad, ¡mi libertad!. Como cada momento en el universo, la tierra, en un pensamiento unica y simplemente vida.